Capítulo 9 (7/10)

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POV. Alice Camberleck.

-¿Estás segura?- me pregunta acariciando mi cabello- Recuerda que los seres oscuros saben manipular y convertirse en las personas que más quieres.

-Lo sé- trago saliva, sintiendo mi pecho comprimirse de dolor- Pero temo tanto que algo les ocurra, madre.

-Nada nos sucederá, estaremos todos juntos protegiéndonos, Elizabeth volverá y se quedará el tiempo que sea necesario.

-Es algo bueno que ustedes ya no sean enemigas.

-Cuanto me costó entrar en razón- sus hombros vibraron a causa de su risa.

-Ustedes son mi vida, mamá. No dejaré que nadie las lastime, no podría soportarlo.

-Se que sabes estar bajo presión y que nada es imposible para ti, pero debes de comprender que todos necesitamos de ayuda, nadie es invencible ni el ser más inmortal.

-¿Es extraño, no?- elevo mi rostro conectando nuestras miradas- Que al ser seres con poderes de resurrección, podríamos morir de igual forma.

-La vida es un ciclo, cariño. Todos en algún momento tendremos que partir, nadie dura por siempre, incluso al vivir cientos de siglos, llega el final de nuestro camino.

-La vida es tan difícil de comprender.

-Hay personas que pasan toda su vida escapando de la realidad por miedo, no permitas que eso te suceda a ti. Todos tenemos nuestro punto final en nuestra vida, es por eso que tienes que disfrutar cada momento, lograr todo aquello que deseas, hacer todo lo que te gusta, no permitas que el temor a lo desconocido o al que dirán te envuelva.

-¿Estarás a mi lado esta vez?

-Lo estaré, no volveré a cometer los mismos errores que me condenaron a perderte- besa mi frente.

-Iré a descansar, antes del amanecer debo de estar en la ciudad. ¿Tú puedes vigilar a los niños mientras no estoy?- le pregunto con preocupación.

-Lo haré, estaremos todos aquí, no tienes que temer.

Asiento suspirando con alivio.

-Intenta no caer en su juego de manipulación, tienes que estar un paso delante, no dejes que vea tu debilidad.

Me responde antes de que cada una se dirigiera a su habitación.

Mi corazón latía desbocado al sentir las sábanas de seda sobre mi torso, había una extraña aura en la habitación, el cuerpo de Brandon a mi lado, desprendía un frío inusual.

-Ten cuidado, princesita. Él no es tu esposo.

-¿De qué hablas?- mi cuerpo se tensa al escuchar sus voces.

-Algo extraño ha ocurrido cuando tú estabas con Cassandra, reina.

-Cariño- su voz me sorprendió, giro mi mirada encontrándome con la suya, pero sus ojos completamente negros helaron mi corazón- ¿Cuándo has vuelto?

-Hace algunos minutos, intenta dormir, mañana será un nuevo día- respondo cerrando mis párpados.

-Buenas noches, Alice- el sonido de su voz se torna grave.

-No le respondas, ni abras tus ojos, princesa.

-La presencia oscura está en el cuerpo de Brandon y no podremos hacer nada hasta encontrarlo en su propia esencia.

-Pero... ¿Qué haremos? ¡Está a un lado de mi!

-Confia en nosotros, cuidaremos de ti, nadie podrá hacerte daño mientras nos tengas.

-¿Qué debo de hacer?

-Intenta descansar, cuidaremos en todo momento de tu salud.

-Joder... jamás podré ser feliz.

-Lo serás, solo recuerda que debes luchar y jamás rendirte.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•

Respiro con tranquilidad, sintiendo el ruido de los pájaros a mi alrededor, la hierba se escurre entre mis manos y el sonido del viento impacta contra su hojas.

Siempre me ha maravillado la magia que envuelve a la naturaleza, desde sus colores, animales e increíbles paisajes, todo en ella es increíble, pero el mundo es demasiado egoísta para velar sobre su protección.

-Es precioso este lugar- una voz a mi lado me sobresalta.

William se encuentra observando mi rostro con una sonrisa.

-Todo es hermoso aquí, solo que la oscuridad y el dolor se han encargado de alejar a las personas para que vean su alrededor.

-Es una pena, esta ciudad es mágica, lo sé porque cuando tú llegas, la oscuridad se ilumina.

-¿Cómo?- giro mi cuerpo frente a él, temblando levemente.

Lame sus labios antes de continuar, mi mirada sigue sus gestos y algo en mi interior se comprime al sentir mi cuerpo actuar por si solo.

-Cuando apareces, las personas sonríen con felicidad, sus miradas cansadas son reemplazadas por tranquilidad, se sienten amadas y protegidas a tu lado, reina Alice.

-Nunca te he visto por aquí- siento mis mejillas arder por sus palabras- ¿Por qué venir a ayudarnos?

-Porque me gusta proteger a familias inocentes, se lo que se siente sentirse a la deriva y estar continuamente asustado por la maldad.

-Tú... ¿Te ha pasado?- titubeo temiendo molestar con mi pregunta.

-Si- sonríe con tristeza- He tenido que aprender a sobrellevar mis poderes, a veces las emociones me agotaban, pero tenía que seguir adelante para tener un plato de comida.

-¿Tus padres?

-Mi padre nos abandonó cuando mi madre le confesó estar embarazada, pero cuando ella me tuvo no pudo soportar mi poder, la magia era tan fuerte y su cuerpo no logró soportarlo.

-Lo siento tanto- acaricio su hombro un breve instante- ¿Tus padres eran brujos?

-Mi padre lo era, o lo es, jamás he sabido de él, pero mi madre era humana- pasa su mano sobre su nuca- El poder que mi cuerpo tenía era tanto que al pasarlo sobre ella, no lo pudo resistir y falleció pocos minutos después de besar mi rostro.

Su mirada completamente triste provoca que mi corazón duela.

-Ella estaría orgullosa de ti al saber que ayudas a los demás.

Ambos sonreímos en medio del silencio.

-Gracias- me dice luego de algunos minutos mirándonos.

-¿Por qué me agradeces?

Frunzo mi ceño sin comprender.

-Porque me escuchaste y no sentiste lástima por mi, eso es algo que valoro mucho.

-Todos merecemos ser escuchados sin sentirnos extraños ni incómodos por expresar nuestro dolor, eso nos hace fuertes.

Su mirada en mi logra acelerar mi corazón, los nervios envuelven mi cuerpo y las palabras se niegan a salir de mi boca.

¿Qué me haces, William?

Reina Oscura (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora