ᴄᴀᴍʙɪᴏꜱ -𝓚𝔂𝓶𝓪𝓷

Segunda parte

[°°°]

Arrugó el empaque de galletas y lo lanzó al cesto de basura, con su manga izquierda limpió los restos de comida sobre sus mejillas y de un salto bajó a la acera.

Colgó su mochila al hombro y se alejó de la escuela en dirección al lago, ocultando su rostro con una gorra roja.

Sus pasos eran rápidos, por lo que no demoró en llegar a su objetivo. Tomó asiento en la única banca que había en el lugar y se puso a tontear; había veces en las que el paisaje era realmente bello, además jamás desaprovechaba una oportunidad para fotografiar. Arrugó su sien y lanzó piedras al azar esperando el momento ideal para sacar su celular.

Una bola de nieve dio contra su cabeza y gran parte de esta se adentró a su espalda haciendo que diera un grito debido a el enfriamiento.

Se quitó varias prendas con una carcajada de fondo, no había que ser adivino para saber a quién  pertenecía.

Cartman giró los ojos y observó a Kyle colina arriba riendo como si no hubiera mañana, hasta podría decir que tenía lágrimas en las mejillas.

El pelirrojo cruzó miradas con el castaño, riendo aún más fuerte al ver su rostro enojado, sonrió de forma amplia y enseñó su dedo a modo de saludo. Empezó a descender de a pocos, soltando una que otra risa prestando poca atención al camino.

¡Oh, Grave error!

Su pie tropezó con una pequeña  raíz de un árbol y solo fue cuestión de gravedad para que su cuerpo cayera rodando cuesta abajo hasta chocar contra la figura de un muñeco de nieve con brasier. Quedó atascado en medio del muñeco  con su cabeza  mirando al lago y su parte trasera del lado contrario y, si eso no fuera poco, para aumentar su humillación un líquido caliente empieza a descender por su pierna izquierda, terminando con nieve derretida en su trasero.

—¡Perro hijo de puta!—gritó con amargura.

Eric lo único que podía hacer era grabar mientras reía, ¡se sentía de maravilla! Había conseguido la toma perfecta gracias al pelirrojo y el cachorro que le orino encima. Siendo la cereza del pastel el que haya sido justo al medio día, hora en que el sol se encuentra en su punto más alto.

Kyle pataleo hasta salir de la nieve y caminó hasta el castaño.

—¿¡De qué coño te ríes?! —preguntó con molestia, sosteniendo del cuello de la camiseta al más ancho.

Cartman solo aumenta el volumen de sus risas mientras busca algo entre los bolsillos de sus pantalones.

—Tú... TÚ....—ni siquiera podía terminar la oración. —¡Me estás haciendo enojar!

—Apestas—responde con simpleza.

—¡¿Qué dijiste?! —la molestia del pelirrojo solo iba en aumento.

—Que apestas.

Un pequeño frasco fue colocado ante sus ojos y, seguidamente, múltiples gotas con olor a a fresa invadieron su rostro.

—¡Argh, mis ojos! —soltó a Eric y llevó ambas manos a su vista, mientras que el otro roceaba más perfume por todo su cuerpo.

—Al menos ya no hueles a mierda, joder que grandioso soy. —Se alabó a sí mismo, ignorando la reacción del muchacho.

—¡Y una mierda! ¡Ayudame que me duelen los malditos ojos!—Cayó a la nieve.

—Esa no es forma de agradecerme, khal~.

El pobre de Kyle buscaba con desesperación una botella de agua en su mochila, el ardor solo empeoraba con el paso de los segundos y el estar sobe y sobe solo aumentaba la picazón. Lanzó maldiciones a por montón, sus ojos empezaron a lagrimear y solo pudo llorar.