CAPITULO 13 El sueño

53 7 10
                                    


-¡¡Camus, Camus despierta!! – Eunice llamaba desesperadamente al joven sin obtener respuesta –¡Camus contéstame, por favor! – la chica comenzó a sentir pánico al no obtener respuesta del francés pese a sus primeros auxilios y las primeras lagrimas...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¡¡Camus, Camus despierta!! – Eunice llamaba desesperadamente al joven sin obtener respuesta –¡Camus contéstame, por favor! – la chica comenzó a sentir pánico al no obtener respuesta del francés pese a sus primeros auxilios y las primeras lagrimas se asomaron en sus ojos sintiendo el cuerpo que estaba completamente frio y no había señales de que respirara.

A su alrededor se encontraban sus compañeros de armas que impotentes solo podían ver la trágica escena.

*************************

Camus permanecía tranquilo entre los brazos de Aristo, disfrutando de la paz que lo rodeaba, la calidez del sol, el aroma a pasto y flores que inundaban el lugar; no pensaba en nada más, sentía la textura fresca del césped bajo su cuerpo... un par de mariposas que volaban entre las flores haciendo un ruido sordo... en ese lugar no había nada de preocupaciones, ni de malestar en su cuerpo... no había miedos, ni luchas... ahí no existían los dioses caprichosos ni las batallas sangrientas a las que el había sido sometido, todo era... perfecto.

Aristo lo miraba y podía notar que Camus disfrutaba el estar ahí, observaba su semblante de paz y serenidad absolutos, se inclino y le dio un suave beso en el rostro

-Te amo –le susurro

Camus solo sonrió y siguió con ojos cerrados... disfrutando de aquel momento y ese lugar.

*************************

Los jóvenes dorados solo miraban impotentes la escena, no sabían que hacer, solo podían atestiguar la desesperación de Eunice

- ¿No hay nada que se pueda hacer? –pregunto Shaka a Radamanthys

- Si Camus no recuerda que debe volver, no –contesto el ingles

Eunice seguía inclinada sosteniendo el cuerpo de Camus entre sus brazos, llorando mientras lo llamaba con desesperación

-Respóndeme... despierta... por favor Camus –las lágrimas rodaban de sus ojos y caían en el rostro pálido del joven. Los presentes se estremecían al verla tan mal.

*************************

Camus mantenía los ojos cerrados, no necesitaba abrirlos para saber que Aristo lo miraba atento

-No te preocupes por nada –le escuchaba decir –Estaremos juntos –

Camus estaba quieto solo escuchando las palabras de Aristo en medio del silencioso y apacible lugar, no quería dejar de sentir aquella paz y tranquilidad, pero de pronto algo llego hasta el... era como un susurro lejano que se deslizaba en el viento, una leve briza llego hasta Camus y Aristo, haciendo revolotear pétalos y pasto a su alrededor

"Despierta Camus"

Escucho una voz vaga y lejana, como un eco que hizo que el francés abriera los ojos

Voces del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora