CAPITULO 2 LA GRIETA

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Habían pasado meses desde su resurrección y el Santuario había recuperado la vida tal y como se había visto en el pasado, sus habitantes estrenaban sus nuevas vidas agradecidos por el regalo preciado. Ciertamente el haber muerto y vuelto a la vida que tanto extrañaban los había hecho cambiar en sus personalidades y eso se notaba aun mas en aquellos Caballeros que habían llevado una vida poco honesta como era en el caso de Deathmask que mostraba un sentimentalismo que nunca antes había demostrado, quería enmendar sus errores y volver a ser digno de portar la armadura de Cáncer con honor y respeto, Afrodita seguía cultivando sus rosas pero ahora el significado de belleza para el no era la fuerza ni el poder, seguía siendo el Caballero mas hermoso de los 12 pero su vanidad y soberbia se habían desvanecido y aceptaba que había cometido muchos errores y había hecho cosas que merecían la muerte, Docko y Mu compartían sus conocimientos uno con el otro, debatiendo en largos discursos los significados de la vida y la muerte a la par que intentaban volver a llevar una vida decorosa dentro del Santuario, Shaka seguía entre sus rezos, sin embargo, admitía que ahora intentaba tener un poco más de vida y roce social con sus compañeros de armas, Saga había desarrollado su capacidad de auto perdonarse y buscaba la aprobación de Athena, mostrándose como un hombre arrepentido por sus pecados y esforzándose consigo mismo para se merecedor de llevar con orgullo el titulo y la armadura dorada de Géminis; Kanon se marchó un poco retirado del Santuario a pesar de que Athena misma le pidiera quedarse para servir dentro de la orden pero fue el mismo Kanon el que le señalo que no había necesidad de quedarse en ese lugar cuando su hermano ya ostentaba el titulo dorado.

Aioria y Aioros intentaban recuperar el tiempo perdido y entrenaban juntos a diario, el mayor dándose cuenta de lo mucho que había crecido y progresado su hermano menor como ser humano y como un Caballero fuerte y honorable; aunque no podía negar que su hermano había dejado de ser un niño cuando un día entre los descansos del entrenamiento pudo verlo platicando a la distancia con una mujer, Caballero de Plata que entrenaban en ese mismo lugar, en si la conversación no parecía ser nada fuera de lo común hasta que le llamo la atención cuando vio como su hermano menor tomaba la mano de aquella atractiva jovencita de cabello rojizo, cuyo rostro cubierto por su máscara no dejaba ver, el que seguramente seria un rostro bello y juvenil y depositaba un suave beso en el dorso de la mano de la mujer antes de despedirse y retirarse mientras ella se alejaba y dejaba ver en el reflejo del sol el color plateado de su armadura de la constelación del Águila. Aioros solo pudo observar aquel comportamiento de un hombre que a todas luces se notaba enamorado de aquella joven mujer, sin embargo, no acoto nada al respecto al darse cuenta de lo mucho por lo que había tenido que pasar Aioria después de su incriminación y siendo visto siempre como el hermano de un traidor a Athena.

Por su lado la relación entre Saga y el había mejorado considerablemente, ambos se habían puesto a hablar acerca de todos sus errores y Saga le había pedido perdón por todo lo sucedido y ahora ambos se sentían más cómodos en compañía de uno con el otro; Shura al principio no tenia el valor para poder ver de nuevo a la cara a Aioros, sin embargo, fue el mismo Aioros el que le hizo ver que el solo seguía ordenes de quien el creía el Patriarca representante de la voluntad de Athena y que lo que había pasado entre ellos no significaba la perdida de la amistad que por tantos años habían tenido; esa sola frase parecido restaurar los acontecimientos pasados y su amistad inconclusa. Para sorpresa de todos Aldebarán resulto ser un hombre muy alegre con el que Docko pasaba largos ratos conversando y compartiendo anécdotas de su vida de hace 200 años atrás, algunas veces admitía que extrañaba la amistad y presencia de sus antiguos compañeros de armas, sin embargo, reconocía su derecho de permanecer en su propio cielo, constantemente decía que esperaba poder morir con honor para volver a ver a sus amigos y acompañarlos si se podía en los Campos Elíseos.

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