CAPITULO 15 IDILIO DE AMOR

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Durante los días siguientes Camus se recupero gradualmente y completamente, dormía larga y profundamente sin problemas, comía con apetito y no tuvo ningún problema, en definitiva, el demonio que tanto lo había estado acechando durante meses se hab...

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Durante los días siguientes Camus se recupero gradualmente y completamente, dormía larga y profundamente sin problemas, comía con apetito y no tuvo ningún problema, en definitiva, el demonio que tanto lo había estado acechando durante meses se había ido definitivamente.

Entre los demás Caballeros lograron atar los cabos sueltos y descifrar por completo el misterio de lo que había sucedido dentro del Santuario y el hecho de que encontraran un esqueleto más dentro de la catacumba ayudo a identificar los restos de Aristo ya que aún tenía en su cuello la otra mitad del dije, después y con algo de profunda investigación lograron encontrar una tumba que había logrado sobrevivir a los siglos y cuya inscripción en griego muy antiguo aun se lograba leer el nombre de su dueño junto con una leyenda:

"Aquí yacen los restos mortales de Musac

El guerrero del Crepúsculo"

-Aristo... "guerrero Susurrante" –dijo Camus al ver el esqueleto y el dije en su cuello que parecía brillar con nostalgia a la luz, recordando una y otra vez aquel sobre nombre en su mente, como si fuese parte de uno de sus recuerdos lejanos o más bien de los recuerdos de Musac.

Camus se paro frente al esqueleto, mirándolo con respeto y nostalgia mientras abría su mano derecha y en ella sostenía la otra mitad del dije que brillo como saludando a su otra mitad faltante.

Athena y sus Caballeros de Bronce y Dorados observaban mientras Camus se agachaba y colocaba el dije en el cuello del esqueleto de Musac recordando como después de la conmoción Camus se encontraba parado frente a la tumba de Eunice, con su vista triste y apesadumbrada mientras sentía caer la lluvia fría en su piel, se giró para retirarse y al meter la mano en su pantalón encontró el dije que observo detenidamente mientras el agua caía sobre él y limpiaba los restos de tierra que aun tenia dejando aquel color dorado opacado por los siglos y el recuerdo de Aristo dándoselo paso por su mente.

"- ¿Qué es? –pregunto Camus mostrando la mitad del dije

- Es tuyo y este... – tomo la mitad que el portaba mostrándosela – ...Me lo diste antes de partir y dijiste que cuando volvieras los unirías de nuevo y no volverías a separarte de mi lado nunca más – contesto Aristo"

-Cuánto tiempo tuvieron que esperar para que estuvieran juntos de nuevo... –dijo Camus al levantarse mientras veía pensativo a ambos esqueletos al fin juntos en una misma tumba y eran cubiertos por la tierra en medio de la ceremonia de entierro para los guerreros.

- Su amor mantuvo sus almas errantes hasta que volvieran a estar juntas... esperando el día en que pudieran reunirse de nuevo –dijo Eunice que se encontraba al lado de Camus y sostenía un ramo de rosas blancas

- No cabe duda que el amor es un lazo poderoso e indestructible que une a las personas, incluso después de la muerte –dijo Aioros reflexivo

Se quedaron ahí hasta que la tumba se llenó de tierra, Eunice mantenía de la mano a Camus apretándola con fuerza, rindiéndoles honor a aquellos guerreros que habían dado su vida para mantener la paz dentro del Santuario y el mundo y cuyo legado y recuerdo aun bailaba entre los vestigios de su historia que ahora se convertía en una leyenda para las futuras generaciones con sus lazos de amor que habían sobrepasado las fronteras de la muerte.

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