rey

81 11 3
                                    

pov escritora

-Y que quieres entonces? empezar una puta guerra para perderla?! no soy estupido-
-Tampoco el rey-
-Entonces vas a dar la orden hoy para que te hagan caso y mañana que sea rey me dejes todo tu maldito problema?!!-

su madre torció los ojos y estampó la mano con fuerza en la mesa de madera pero su hijo no se inmutó.

-En este reino se hace lo que yo digo!-
-Que reino, eh? no somos un reino! no somos importantes y si no hacemos algo empezaremos a ser una maldita parada de turistas!-
-Tan preparado estas? bien, el puesto es tuyo-
-Que bueno que madre solo hay una proque no soportaría 2 de ti!-

salio de la sala y camino hasta salir de las zonas de la tribu dragón.

cruzó el bosque acomodando su capa roja, con felpa, muy pesada y perfecta para el ya que no traía playera.

nunca lo hacía, para algo tenía los tatuajes de su pecho y cuello, para demostrar que era de su tribu y no le daba vergüenza aceptarlo.

Tenía dagas en el cinturón, una espada grande en su espalda junto con su hacha de signatura.

era pésimo para las armas lejanas, sin importar que fueran, desde ballestas y arcos hasta jabalinas.

si vas a sacar sangre, es .mejor sentirla cerca, verla, sentirla, olerla.

si no, para que hacerlo?

Caminaba por las frías calles de el centro con las totales intensiones d eencontrar alguna taberna donde sentirse acogido.

hasta que sintió como le tocaban el cinturón de la cadera, sacó la daga que le habían regalado en su cumpleaños y se volteó, el no era estupido, llevaba siendo entrenado como el más valiente, agresivo, instintivo y sanguinario de todos los bárbaros.

un hombre rubio, tal vez mayor que el, encapuchado de negro completamente.

le presionó la daga plateada contra la garganta y con la otra bajo la gorra de la capa.

-Dime tu nombre completo, raza y clase y consideraré no matarte en frío-

el rubio río un poco.

-Keigo Takami, cambia formas, pícaro-
-Siempre tienen que ser la gente de este puto pueblo, lárgate antes de que me arrepienta y te corte las cuerdas vocales-
-Con que rey eh? De donde será...-
-Te importa poco y nada, no te vuelvas a meter conmigo, poco miedo le tengo a matarte a plena multitud-

solto la capa de cuero negro del pícaro para gruñirle.

-Tampoco pareces muerto de hambre-
-No lo estoy, pero a todos nos gustan las riquezas no es así?-

torció los ojos hacia el rubio y siguió caminando.

cuando penso que se olvidaría de aquel tonto ratero le apareció enfrente, pero ahora con unas alas Rojas, parecidas a las de un fénix....o un águila.

-a donde vas?-
-Porque me sigues? te dije que te mataría-
-Nono, te ves re solito, pero si me invitas un trago podemos platicar y hasta hacernos amigos-
-No busco amigos, quítate de mi camino-

Con una de las majestuosas alas le frenó el paso.

-Necesito protección-
-No protego a nadie, menos a un puto ladrón de mierda-
-Solo tengo que llegar a la ciudadela, cuando lleguemos te juro dejarte en paz-
-Joder eres un puto dolor de cabeza, cuantos años tienes?-
-25-
-Eres mayor que yo y aún así actúas como un crío, jodidamente molesto-

Con un brazo le trato de rodear los hombros, pero desde que su cuello tenía la felpa de la capa y sus hombros la armadura de metal que se agarraba a sus antebrazos, le fue imposible.

aquella fantasía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora