mirio!

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pov escritora

No veía bien, estaba recargado en un lugar algo tibio, emplumado, no podía descifrar si era suave o no, la cabeza le retumbaba, su mirada se dirigió a el muñón de su brazo y estaba goteando sangre a través de los vendajes ahora rojos que había dej...

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No veía bien, estaba recargado en un lugar algo tibio, emplumado, no podía descifrar si era suave o no, la cabeza le retumbaba, su mirada se dirigió a el muñón de su brazo y estaba goteando sangre a través de los vendajes ahora rojos que había dejado el explorador hace....horas.

Quizo recordar hace cuanto había comido, tal vez por eso le dolía el estómago.

o tal vez era por la razón que su mano derecha estaba de color rojo mientras se posaba en su abdomen.

Oh....eso era.

podría gritar?

Serviría de algo?

el sabía que estaba algo lejos de las aldeas de elfos que había en esa zona del bosque.

No podía gastar sus fuerzas en gritar, no.

Se puso a pensar.

si por un milagro tuviera suficiente fuerza para caminar un poco.

que haría?

Besar a Tamaki sin duda.

aunque el elfo estuviera acostado entre los brazos de el chico dragón.

aunque estuviera besandolo a el.

iría a besarlo.

y luego se alejaría para no morir enfrente de él druida.

Coño, como le gustaría poder caminar hasta la Aldea de Tamaki y besarlo....besarlo solo 2 segundos.

con eso moriría tan feliz.

pero no estaba besando a Tamaki.

no estaba poniendo su mano completa en su mejilla de forma cariñosa.

no estaba abrazandole.

Estaba tendido en el cuerpo de aquel pájaro enorme, el animal muerto y el cerca de estarlo.

que putada de semana, eh?

tal vez su hubiera escuchado a el Amajiki menor y no ir a la expedición estaría vivo.

Pero no tenía a nadie, solo a Tamaki....y ahora le parecía a el que tampoco lo tenía ya.

la cabeza dejó de dolerle de forma estrepitosa y sentía la energía irse de su cuerpo a una velocidad algo rápida.

cerro los ojos ante lo pesados que se sentían sus parpados.

-Tamaki...-

susurro antes de cerrar los ojos por completo, disfrutando la paz que la muerte le traería.

Disfrutando el lindo nombre de el amor de su vida deslizándose entre su lengua y sus labios, murmurando lo que creía era la palabra más bonita del mundo antes de dar un último aliento.

aquella fantasía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora