En el centro de la Tierra había un perdido pueblo donde se encontraba el grupo de gente más peculiar que podrías pensar.
desde guerreros y brujas, hasta cambia formas.
Veremos distintas hisorias de amor desde las recién emparejadas hasta las de años...
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-Hola?-
Joder, izuku ya estaba harto de encontrar gente en el bosque.
Últimamente iba todo muy bien pero llegaría un momento donde cambiaría.
Pero con aquel gran corazón tenía que saber quien estaba por ahí
-Me van a matar un día por ingenuo-
y aún sabiendo eso siguió el sonido.
se encontró a un guerrero, lo sabía por la armadura, pero estaba sentado en una piedra, enrollando torpemente una venda en su brazo que sangraba.
-Oh! Estas bien?-
el peliverde se apuró para llegar a lado del rubio, le ayudó a quitarse las hombreras para después quitar su guante derecho.
la mano se iluminó un poco y tocó la herida con la Palma abierta.
-Agh- -Lo siento-
eventualmente la herida se cerró un poco y el explorador pudo quitar la mano, ahora ensangrentada.
-Gracias, no era necesario- -Estabas sangrando mucho....mi conjuro no es muy fuerte así que tal vez deberías vendarte bien po-porque probablemente vuelva a sangrar- -Esta bien, no te preocupes, gracias- -No hay de que-
el rubio volvió a envolver el muñón, ahora era mucho más fácil sin toda la sangre, quedó con la venda bien puesta.
-Soy Mirio- -Izuku- -A donde te dirigías?- -Soy explorador, estoy investigando nuevas especies- -Yo soy Guerrero del rey- -Pues a lo mejor nos volvemos a cruzar- -Claro....gracias de nuevo- -No hay de que-
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Se sentía cansado, muy muy agotado y bien sabía que podía ser bastante malo estar tan débil en horas tan oscuras en medio del bosque.
nunca había ido al bosque para una expedición, bueno, si que había ido pero había perdido un brazo así que tampoco tenía una buena experiencia.
-Si Tamaki estuviera aquí sería mucho más sencillo-
Mirio no sabía cocinar, lo cual empezaba a lucir como un problema pues podía cazar y recolectar pero pocas ganas tenía de comer algún tipo de pájaro crudo.
