Atrevido [Jeff × Zalgo]

Capítulo 18: Sin sonrisa

Narra Jeff
Desperté luego de unos momentos, me levanté, viendo a varias personas a mi alrededor, me alejé temblando y con mis ojos cristalizados.
Traté de hablar, pero no pude. Por otro lado, me sorprendí al ver que respiraba como si nada, miré la gente, un hombre me dio la mano y le miré moviendo mis labios en un gracias... No me oía... Pero le di uno movimiento de cabeza para agradecer. Pasé saliva, no dolía. Toqué mi garganta sorprendido... Se sentía tan suave que... Era obvio que no estaba curado. Miré a las personas, varias tenían heridas, como cicatrices en la cabeza, en el cuerpo... Algunos tenían partes cosidas. Miré mis manos, y luego me acerqué a los otros, ¿Dónde estaba?
Me sonreían y saludaban, ¿No les importaba la sonrisa en mi rostro? Digo, debería darles miedo... Les saludé confundido y nervioso, sonriendo tímido. Escuché a lo lejos un grito. Y vi como la gente dejaba de poder hablar. Ellos se asustaron y me escondí al igual que muchos. Un humo familiar llegó. Lloré y me alejé más agitado que todos. Temblé y miré a lo lejos a ese demonio que me había asesinado. Mis pensamientos de seguro lo atrajeron, volteó directamente hacia donde me ocultaba. Me escondí detrás de algunas personas. Zalgo se acercó poco a poco, bajé mi cabeza... Me contraría... Me quedé serio, escuchando como gritaba mi nombre más fuerte. Qué suerte más de la mierda tienes, Jeff.
Z: ¡J-Jeff!-Me jaló, haciendo que soltara lágrimas en silencio, las personas me veían con preocupación, yo sólo bajé mi cabeza, viendo sus garras en mi estómago, sin dañarme por ahora pero veía mi sangre seca en la punta de estas, mientras me abrazaba por detrás.- N-no tienes idea de cuanto t-te extrañé... Estaba tan preocupado... Yo...
Y algo lo golpeó.
X: ¡Déjalo!-Miré asombrado a las almas, algunos salieron de su escondite, lanzándole cosas al demonio que me apresaba. Me liberé con dificultad y corrí, siendo atrapado de inmediato por esos tentáculos de aire oscuro. Traté de gritar pero no pude.
Z: ¡No te vayas!-Terminó abrazándome, yo miraba a todos suplicando que me ayudaran, pero Zalgo no se inmutaba con las cosas que le lanzaban.- Te extrañé...-Le miré con lágrimas y lo golpeé con fuerza, él se sorprendió, dejándome por un segundo, me alejé, mirándole con odio. Sequé mis lágrimas y suspiré estando serio. Negué, me señalé a mí y a él y luego le hice con señas un "no".
Z: ¿N-no... No puedes hablar?-Bajé mi cabeza y temblé. Estaba tan molesto. No podía expresarme. Le miré y negué.- J-jeff... Me arrepiento... Te juro que no quería hacer esto... Es que... No me dijiste nada...
Apreté mis dientes y me acerqué molesto, jalé su camisa con lágrimas, le señalé mi cuello y le di otro golpe. Temblé y me salieron lágrimas que sequé de inmediato... No debía ser débil... No quiero verlo... Me duele.
Z: L-lo siento pero no te entiendo...-Traté de hablarle, le grité, pero sólo salía aire. Pasé saliva y me senté en el suelo... Quedándome serio. No podía hacer nada.
Z: ¿No podía hablar?
No hice nada. ¿Qué mas da? No puedo expresarme. No me entiende y no puedo hablar. Me acosté en el suelo, viendo a las almas, es interesante, ellos no traspasan las cosas, parecen gente viva. Parecen felices. Dejé de prestarle atención a Zalgo, tratando de pensar con calma las cosas hasta que me cargo, mi cabeza se hizo hacia atrás y no la podía regresar, recordándome que tenía el cuello destrozado, él lo tomó. Me daba igual. Podía matarme de nuevo si quería, no me interesaba más.
Z: L-listo...-Al menos podía mover más fácilmente mi cabeza. No hice nada. No traté de hablar, sabía que sólo saldría aire. Suspiré, asegurándolo. Debió sonar roto si aún tenía cuerdas vocales. Miré hacia otro lado molesto.
Z: ¿A-aún no puedes...-Trató de tocar mi cuello y golpeé su mano, le miré con filo y miré a la gente mientras nos íbamos. Me despedí triste. Ellos parecían preocupados, pero no podían seguirme. Tocaban el extremo de su ciudad. No podían salir de ahí, y sabía que no querían hacerlo más que para salvarme... Son lindos... Sonreí un poco y luego al notar la mirada de Zalgo borré mi mueca de alegría. Lo comenzaba a odiar...

Narra Zalgo
No podía sentirme más afortunado al encontrarlo. Aunque me parecía extraño... ¿Un alma pura? ¿Por qué? Diría que es un error. Pero no hay errores en eso. Él llegó ahí. No era un error. ¿Qué tendría de puro si es un asesino? Sus ojos estaban vacíos. Miraba hacia todos lados menos a mí, miraba el paisaje, sus manos, el extraño cielo que teníamos, era como un suelo. Traté de sonreírle y hacerle cariñitos, pero no me dejaba tocarle.
Suspiré tembloroso. No parecía quererme cerca. Actúaba algo frío y... ¿Cómo no? Quien lo mató lo está cargando en este momento... Me salieron lágrimas de alegría, lo abracé aunque me alejara y sonreí.
Z: Me odias... Pero, te amo tanto... M-me alegra tenerte aquí... Creí que no te volvería a ver.- Hizo una mueca de asco, pero aún así yo me sentía bien. Lo tenía de nuevo, podría disculparme, corregir mi error y devolvérle su cuerpo.
Aparecí en la creepyhouse, miré a Jeff por completo y le curé lo demás pasando mi mano por encima, él no me veía a mí, sino a su alrededor. Escuchó la puerta y observó con algo de interés a quien entraba.
S: ¿J-Jeff?-El pequeño miró con un brillo en los ojos a mi contrario, abrazándolo y alejándose de mí.
El ente correspondió el abrazo con los brazos temblando, se acurrucó mientras yo bajaba mi cabeza... Quería cariño de Jeff...
S: M-me alegra que estés aquí, D-dios, en verdad... Te extrañé... Creí que habías muerto...-¿Desde cuándo son tan cercanos? Me pregunté apretando mis puños.
Z: E-eh... Jeff, ven, entra a tu cuerpo.-Me miró dudoso y negó.- Vamos...-Lo jalé un poco aunque se resistiera.
S: O-oye... Tal vez no deberías...-Lo interrumpí.
Z: Es por su bien.-Lo metí al cuerpo a la fuerza, haciendo que las máquinas sonaran como una alerta.- N-no entiendo, ¿Qué sucede?
Jeff despertó, respirando agitado, tomó su garganta, tratando de tomar bocanadas de aire. Miró a Slenderman al estar asustado y este se acercó. Jeff tomó su mano y lo empujó con fuerza. Miré confundido lo que hacía hasta que vi su alma salir de nuevo. ¿Él hizo eso por su cuenta...? ¿Cómo? Se parecían... A mis poderes... El pequeño lloraba en el pecho de Slender, respirando agitado. Mientras yo estaba al otro lado de la habitación... mirándolos.