Capítulo 2: Vergüenza

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Narra Jeff
Vaya día, era asombroso el cuarto, digno de un rey, con una cama jodidamente grande que me daba cientos de ideas poco puras, las almohadas eran suaves y frescas, se sentiría bien morderlas...~ . Mordí mi labio un poco. Sí... Estaba algo necesitado... Jamás lo he hecho y ahora un hombre mayor y muy sexy viene a mi vida como si nada.
Me quedé mirándolo unos segundos, él sólo se acercó un poco, haciéndome tragar con dificultad y suspirar, había olvidado respirar. Joder. Jeff, ¡cálmate!
Me sentía como un puberto, ya tengo 16... Debería ser más maduro.
Me sonrojé, mirándo hacia otra dirección y le miré avergonzado, si me llega a decir algo sobre mis mejillas que contrastan demasiado ahora con mi blanca piel, le daré un golpe tan fuerte...
Gruñí lleno de vergüenza y luego vi como se ponía sobre mí, acostándome en la cama, me puse más rojo y pensé en miles de escenarios eróticos. Lo miré a los ojos, derritiéndome por completo. Joder... Soy débil, pero, nunca nadie había sido bueno conmigo. No después de lo que hice... ¿Y si lo lastimo? No me lo perdonaría. Se ha convertido en mi mejor amigo, el único que tengo...
Me acostó y me acomodó bien en la cama, mostrándome sus intenciones, haciéndome sonreír con algo de cariño, es dulce. ¿Por qué me cuida así?
Z: Jeje~. Tranquilo~. Duerme lo que quieras, sé que lo necesitas.- Me dejó un beso en la frente y otro en la mejilla, le miré, vaya... ¡Soy un pervertido! Pero eso no es lo importante... Traté de relajarme, me gustaba ver esos ojos brillantes que acababa de conocer, quería saber más de él. No estaba seguro de lo que había pasado, pero, parece que me conoce desde siempre y, para ser sincero, yo me siento bastante cómodo a su lado.
Acaricié su nuca y le di un beso en la mejilla.
J: G-gracias...~-Sonreí alegre, él parecía feliz de verme así. En verdad parece un padre para mí. Ahora es como si tuviera una familia, un hogar... Parece que me dejará vivir con él.
J: ¿Dormirás conmigo?-Pregunté sonrojado, mirando sus ojos, estos no veían mi rostro. Estaban más abajo, en mis caderas... Me miró y luego yo me puse rojo, su expresión era como la de un ladrón atrapado en el momento justo en el que roba un banco. Se puso muy avergonzado pero sólo se acomodó la voz y suspiró, tratando de actuar inocente. Mierda... ¿En verdad lo hizo o soy yo? Reí leve por eso, poniéndolo con más nervios.
Z: E-eh... B-bueno, eso depende. ¿Quieres?-Me quedé pensando mucho tiempo. Si le digo que sí, me verá mal, si le digo que no, se pondra triste... No quiero verlo triste... Me arregló la vida...
Z: No me pondrías triste.-Habló calmado y ambos pusimos mueca de sorpresa al cabo de pocos segundos, supongo que él no quería que yo supiera que leía mi mente. Me quedé con las mejillas ardiendo y agarré una almohada.
J: ¡¿Cómo te atreves a leer mi mente, hijo de toda tu...?!-Zalgo me tiro a la cama de nuevo, deteniendo mis brazos y haciendo que yo me retorciera como animal.
Z: ¡Tranquilo!-Se estaba colocando muy cerca, yo puse una de mis piernas sobre las suyas para evitar que me aprisionara.
Le miré sonrojado, gruñendole un poco.
Pero mi expresión se relajó un poco al sentir una embestida accidental sobre la ropa. Me había domado... Mierda.
Traté de ver hacia otro lado, soltando un muy pequeño jadeo y lo vi de reojo, gruñendole de nuevo. También evité tener una erección... Estaba muy cerca de esa zona.
J: ¿Q-qué tanto viste?-Traté de sacarle de la mente que había sentido placer, tal vez no se dio cuenta.
Z: ¡N-nada!-Habló rápido y yo le miré acusador, claro que vio todo.- pero... Eres muy joven para eso.-Susurró.
J: ¡N-no husmees en mi mente, Zalgo!-Gruñí y me liberé de su agarre para golpearle con la almohada. Se rió un poco y me detuvo.
Z: Tranquilo~, sé que tienes 16 y piensas mucho en eso~.-Le miré con mi seño fruncido pero luego reí un poco.
J: Sí... Supongo que soy algo calenturiento, soy virgen... Y... quien sabe~ pensé que tal vez alguien como tú podría cambiar eso~.-Ahora él era el avergonzado, me gustaba esa expresión que tenía en el rostro. Un suave rosado muy tierno y una leve sonrisa de picardía. Parece que nuestra amistad va cada vez mejor~. Supongo que así son... Tal vez.
Z: ¿No tienes vergüenza, verdad?-Rió y negué alegre. Me agradaba demasiado, pero no le dejaría avergonzarme tan fácil.
J: Entonces, ¿Dormirás conmigo?-Asintió, quitándose la ropa y haciéndome pasar saliva... Lo hace apropósito, lo sé... Pero... Ugh~. Mi mueca se relajó y miré hipnotizado ese torso bien marcado. Pasé saliva y me quedé sonrojado, viéndolo por mucho tiempo. Mierda, ni siquiera sé su edad, muy apenas sé su nombre.
Z: Tengo muchos años... Hasta me cuesta recordar cuantos... Pero mi cuerpo es de la edad de 36.-Me sonrió como si no hubiera hecho nada malo, y joder, se veía muy tierno... Me puse más rojo, amenazándolo con el cojín.
J: ¡T-te volveré a golpear si sigues leyendo mi mente!-Se rió y se quitó el pantalón.
Z: ¡No es mi culpa! Me miras como por 5 minutos y quiero saber lo que piensas.-Habló alzándose de hombros. Se ve muy maduro, pero es juguetón, me gusta eso...- Además, nunca he tenido un amigo, jamás le he hablado a alguien como lo hago contigo. Y nos conocimos hoy.-Rió y me quedé sorprendido.
J: ¿E-en serio... Y... Por qué yo?-Me miró algo confundido y cambié la pregunta para que me entendiera.- Quiero decir, pudo ser cualquiera. ¿Por qué me escogiste? ¿Por qué me ayudaste?
Se quedó pensando unos momentos, mirando hacia el suelo y luego hacia mí con algo de seriedad.
Z: Escucha... Jeff. Has estado años lamentándote de tu apariencia has logrado asesinar miles y miles de personas y, no vives en una mansión como los otros creepypastas.
Eso sólo me dejó más dudas...
J: ¿Otros creepypastas? ¿Mansiones? ¿Qué mierda?-Se sentó a mi lado luego de colocarse unos pantalones de pijama, completamente negros y parecían muy suaves. Yo sólo me quité mi suéter.
Z: Déjame explicarte...-Se acostó y me miró.- Eres un asesino, con unas cualidades algo inhumanas. Hay otros similares a ti, pero no iguales. Viven en mansiones, ocultos en el bosque, ellos son creepypastas. Los bastardos viven como millonarios ahí y tú... Tú vivías sin un sólo centavo. Digo, ni siquiera tenías un techo, a veces no comías... Y seguías adelante con tu vida a pesar de todo el sufrimiento...
Me quedé serio con las palabras, cambiando mi mueca de alegría a una de tristeza. Le miré sin decir nada, me dolía un poco saber que era el asesino menos afortunado...
Z: Espera, no eres el menos afortunado...-Fruncí mi seño, ahora con una ira más real.
J: No leas mi mente.-Le gruñí, pero me calmó.
Z: Jeff, te traje, porque... Eres especial, nadie seguiría en pie si estuviera en tu lugar y, vi que sufrías mucho por tu apariencia. Pero... Me parecías lindo... Así que, sólo limpié tu mente de los desordenes mentales... Y te mostré como eres en verdad... Sé que soy el primero en ayudarte. Y, lamento no haberlo hecho antes, pero, hace poco descubrí qué tipo de persona eres.-Se quedó mirando el techo de la cama, la cual tenía columnas largas de madera oscura, era algo elegante.
J: ¿Y... Qué tipo de persona soy?-Me miró, observando mis ojos varios minutos... Pero no parecía leer mi mente, sólo me veía. Admito que me dejaba muchas dudas, pero trataba de dejarlas para después, tal vez con el tiempo las resuelva.
Z: No lo sé... Eres... Especial. Digo, no te asusté. Me viste como si nada... Pensaste que era tu final y en vez de sufrir... Miraste las estrellas, diste pelea y disfrutaste... No eres como los otros imbéciles, ellos no merecen la mansión... Los detesto, me ven casi como un enemigo, pero... Tal vez algún día te los presente, para que les restriegues en la cara que vives en un castillo.-Me sonrió y se cubrió con las cobijas, pero no por completo, aún las sostenía para que me acostara a su lado.- Ahora... ¿Dormimos?
Me salieron pequeñas lágrimas y suspiré. Sonreí un poco, era lindo que me dijera esas cosas. Pero dolían mis recuerdos.
Limpió mis mejillas cuando me acosté y me cubrió con las cobijas, haciéndome sentir avergonzado, le miré rojo y gruñí.
J: Agh... Yo no soy tan cursi... Eh... Jódete por leer mi mente, pero... T-te quiero. -Reí avergonzado.- Listo, ya se equilibró esto...-Se rió a carcajadas de mis idioteces y nos dormimos tranquilos. Creo... Que me está agradando demasiado este extraño y llamativo ser...

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Como siempre xd delicioso relleno y mucho p0rno o calentura. Bueno, gracias :v nos vemos luego. Buenas noches uwu
Atte: Jonathan~
‹3 Les dejo un pequeño y pasivo corazón~ xd

Atrevido [Jeff × Zalgo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora