Capítulo 2

953 104 81
                                    

—Agh, maldita sea... No sé cómo demonios lo haces, pero siempre logras convencerme, Erwin— le dije, mientras una profunda exhalación escapaba de mis labios, como si con ella pudiera liberar un poco de la frustración que se acumulaba en mi pecho. La verdad es que, aunque quisiera negarlo, Erwin tenía toda la maldita razón. No podía seguir con esto. No podía seguir creyendo en Petra, esa mujer que había llenado mis días de promesas vacías y sonrisas engañosas, mucho menos permitir que su traición me arruinara la noche una vez más. Pero, por otro lado, tampoco me sentía preparado para ir a esos lugares, tan extravagantes y tan sucios que me daba vergüenza ajena asistir. La idea de perderme en un ambiente donde la superficialidad reinaba me aterraba. Además, no tenía la plata necesaria para ir;  solo trabajaba los fines de semana. Por ahora, no tenía dinero para andar de farra en farra como él —le dije, intentando convencerlo, pero él idiota seguía obstinado. Cuando a Erwin se le mete algo entre ceja y ceja, ni Dios lograría hacerlo entender.

—Pues digamos que igual tiene su costo, pero no exageres tampoco, hombre. Ni que yo fuese millonario. Todo depende de lo que te sirvas en una noche como menú. Además, yo no soy muy exigente; con que tenga un buen trasero y que sepa bien cómo hacer las cosas, soy el hombre más feliz— respondió Erwin, caminando de lleno a la cocina para servirse un poco más de vodka. Mientras tanto, yo intentaba mantenerme sereno ante su revelación, pero la incomodidad crecía en mí como una sombra.

—Rayos, Erwin... No hacía falta que fueras tan EXPLÍCITO. Ya sé que le das a todo lo que pasa, ¿no te conoceré yo que soy tu amigo desde el colegio?— le dije, cruzando los brazos, intentando no imaginar con detalles lo que me había comentado. La imagen de Erwin disfrutando de la compañía de mujeres me resultaba tan ajena y distante, como un mundo al que no quería pertenecer.

—Agh, ya deja de ser tan reservado, hombre. ¿No me digas que tú nunca la pones? Solo soy un tipo que no desaprovecha una oferta, y más si es tentadora. Además... ¿Qué puede ser más placentero que perderse en el culo de una mujer?— me preguntó Erwin, echándose a reír, como si estuviera hablando de algo trivial y no de un tema tan delicado. Su risa resonaba en mis oídos, pero no lograba hacerme sentir mejor.

—Bueno, como digas... De todas formas, nunca eso me ha importado ni me importará— le dije, un tanto asqueado por la naturalidad con la que mi amigo se expresaba. La idea de perderme en una noche de desenfreno me parecía tan distante de mi realidad.

—Entonces, ya que dejaste de hacerte el puritano, vamos, ¿o no? —sonrió entusiasmado—. De todas formas, nada tienes que hacer aquí esta noche más que encerrarte a ver partidos de mierda que ni provecho te darán.

—Bien, tú ganas, idiota. ¿Adónde iremos? —pregunté curioso, sintiendo que, a pesar de mis reservas, había un pequeño destello de emoción en mi interior, una chispa que me decía que tal vez, solo tal vez, salir podría ser lo que necesitaba.

—A un café, ¿dónde más? —reiteró Erwin, abriendo la puerta de mi apartamento e invitándome a salir. La brisa fresca de la noche me golpeó en la cara, y por un instante, me sentí vivo.

—Vamos, Erwin, no jodas... ¿Dónde me llevarás? —volví a preguntar mientras sacaba mi abrigo y cerraba nuevamente bien la puerta de mi apartamento, sintiendo que mi corazón latía un poco más rápido, como si anticipara lo que estaba por venir.—A un strip café, saco de pelotas... ¿cómo tan pelotudo? —bufó, encogiéndose de hombros mientras lo seguía al estacionamiento—.

— ¿Adónde más te llevaría? Ni que fuera tan maricón para llevarte a un putero de mala muerte lleno de ETS en tu primera vez. Diablos... ¿Por quién demonios me tomas, huevón?—Tsk, tranquilo, no es para que te enojes— le dije, intentando pasar por alto esa actitud de mierda que tenía.

☕Café con aroma de mujer☕  (RIVAMIKA & RIVETRA) Lectura Erotica +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora