Capítulo #6

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Al dar inicio a un nuevo día, mi alarma sonó a las 6, avisándome que era hora de despertar. Era una verdadera molestia, ya que me levanté hecho una piltrafa, sintiendo que no había dormido nada durante la noche. El insomnio me estaba matando, como si una sombra oscura se hubiera apoderado de mis pensamientos. Cada vez que lograba, con suerte, quedarme dormido, aparecía la imagen de Petra, recordándome que me había sido infiel con mi bastardo hermano.

No valía la pena soñar si esa imagen tan aterradora venía a atormentarme la cabeza. Ya perdí la cuenta de cuántas veces he soñado la misma pesadilla. Estaba cabreado de ser un imbécil y de que mi conciencia se burlara de mí sin remordimientos.

-Tsk... Debo ser el hombre más pelotudo en la faz de la tierra. ¿Cómo puedo seguir pensando en ella después de todo lo que me hizo? ¡¿Hasta cuándo esta mujer me seguirá atormentando?! ¡REACCIONA, HOMBRE, REACCIONA! -exclamé, frustrado, mientras caminaba hasta mi armario. Mis ropas parecían burlarse de mí, como si cada prenda me recordara lo patético que era por seguir pensando en ella.

Me dispuse a escoger mi ropa y me dirigí al baño. Me vestí y me afeité; siempre fui un hombre que no soportaba tener en su rostro ni barba ni bigote. Siempre creí que resaltar mi barbilla me hacía ver más varonil y seductor.

(A Petra le encantaba, y las viejas calientes que van al Paradise se vuelven locas por mí cuando las atiendo. Y hoy, más que nunca, debo sacarle provecho a mis encantos; necesito triplicar las propinas el día de hoy si es que realmente pretendo ir a ese burdel refinado).

Me mata la curiosidad por conocer a la mujer que dijo Porco que era la reina del lugar. Quizás con eso logre sacar de mis pensamientos a Petra; de verdad que lo necesito. Puede que para muchos suene un tanto desesperado aferrarse a algo así, pero no sé... Es extraño, pero no tengo más opciones. Más bien, me siento realmente eufórico porque llegue la noche y eso pase. Ya estoy harto de sufrir por esa perra -medité, mientras me miraba al espejo, tratando de convencerme de que este nuevo enfoque en la vida sería la clave para superar mi tormento.

Después de ponerme mi abrigo y rociarme con mi perfume (Power of Seduction de Antonio Banderas), tomé mis llaves y me fui directamente hacia mi auto.

Eran las 6:50 am de la madrugada. Para muchos, temprano, pero para mí era bastante tarde. Y lo peor de todo es que en el trayecto recordé que hoy me tocaba abrir el local... Menuda metida de pata. El tráfico estaba horrible y, a este paso, llegaría atrasadísimo; había un taco como el orto.

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Al cabo de 40 minutos de estar estancado en el tráfico, por fin había llegado al maldito local. Mis manos sudaban y ya veía que aparecía mi jefa a reclamarme por mi falta, pero tuve la suerte, al menos, de que nadie había llegado aún.

Abrí rápido, prendí las cafeteras, coloqué el cartel y, poco a poco, comenzó a entrar la gente. Como estaba completamente solo, me tocó ir mesa por mesa tomando todos sus malditos pedidos. Era estresante, pero así estuve hasta pasado de las 10.

-Hey, chico... Llevo casi una hora esperando. ¿A qué hora atienden? Más tarde tengo que trabajar... Tsk, qué molestia -señaló una mujer de pelo corto, vestía un vestido rojo con un escote que no dejaba nada a la imaginación. Era la primera vez en la vida que una clienta me quitaba el aliento; ni siquiera con Petra sentí lo mismo. Esta era una sensación tan única que cualquiera que la hubiera visto quedaría a sus pies de inmediato... ¡No tenía duda alguna!

☕Café con aroma de mujer☕  (RIVAMIKA & RIVETRA) Lectura Erotica +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora