Capítulo 5

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—Me caes bien, Porco, pero creo que estás exagerando

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—Me caes bien, Porco, pero creo que estás exagerando. ¿Cómo puede una mujer ser tan exquisita? Para mí, esa foto tiene Photoshop y está bien alterada —le dije, dando el último sorbo a mi vaso.

—Si no me crees, es cosa tuya, amigo. Yo me conformo con haber dicho la verdad —respondió el hombre tras la barra, soltando una risa profunda.

—Si tú lo dices, amigo, no me queda más que confiar en tu palabra —le respondí con un tono sarcástico, mientras buscaba mi billetera. Era demasiado tarde para quedarme a madrugar en ese local; de todas formas, tenía que volver a trabajar en el café.

—Así es... Sé de lo que hablo, estimado.

—Bien. ¿Cuánto te debo?

—Son solo 20 euros. No quiero que termines en la ruina como la zorra de Annie.

—Eres muy gracioso, Porco. Jajaja. Pero en eso concuerdo contigo, ¡qué cara es esa mujer! Me imagino que todas en el establecimiento son así —dije, riéndome de sus ocurrencias.

—No todas son tan caras, pero en fin, nos vemos mañana por la noche. Seguro no faltará el show de Mikasa —dijo Porco, mientras me despedía con un gesto.
Si seguía en este lugar, terminaría por hacerme trizas la cabeza solo por curiosidad.
Definitivamente, tenía que irme de aquí y encontrar otro trabajo con urgencia, porque si seguía frecuentando este lugar, quedaría en bancarrota.

Caminé hacia la salida, evadiendo a un par de mujeres que ya me habían echado el ojo. A lo lejos vi a Annie, muy amorosa, colgando del cuello de un cliente. En ese momento, se me acercó una morena intentando seducirme, aunque el precio de la otra prostituta me había dejado bastante traumatizado.

—¿Adónde vas, cariño? ¿No te gustaría pasar un buen rato esta noche?

—La verdad, no, querida. Ando un poco apurado —le dije, tratando de excusarme mientras ella comenzaba a usar sus encantos.

—¿Por qué tan apurado, mi vida? ¿Acaso tienes una esposa que te espera en casa? No soy celosa, vamos, quédate conmigo un momento... ¿Por qué no me dejas disfrutar de ese hombre que llevas en los pantalones? Créeme, te va a encantar...

—No tengo dudas de que sí, pero quizás te lo muestre mañana... Aunque debo decir que tu oferta es demasiado tentadora.

—Bien, espero que no me falles mañana por la noche. Te estaré esperando, papasito... Me llamo Carla, pero tú me puedes decir Carlita, mamasita, o como tú quieras. Soy una mujer con bastante experiencia en la cama. Si me pagas bien mañana, incluso puedo ofrecerme para un trío. Te vi llegar con ese rubio en tu auto, y la verdad, siempre quise probar lo ardiente que es. Hay muchos rumores sobre él de que es un hombre, ya sabes dotado, y me interesa descubrirlo en carne propia.

—Entiendo, Carlita. Si veo al estúpido de mi amigo, le diré de tu oferta... Nos vemos mañana entonces. Cuídate y que tengas buena noche.

Le dije mientras me alejaba de ella, caminando rápidamente hacia mi auto. En unos minutos, lo puse en marcha y conduje directamente hasta mi apartamento. No podía dejar de pensar en aquella mujer tan intrigante que se me había ofrecido hace tan solo una hora y en todo lo que me había contado Porco.

No sé en qué momento pasó, pero el trayecto hacia mi apartamento se me hizo más corto que nunca. Eran cerca de la 1 de la mañana, bastante tarde para mí, aunque últimamente, con todo lo que había sucedido en mi vida, no acostumbraba a dormir mucho. La desgracia me perseguía hasta en mis sueños, aunque eso no quitaba que tuviera que trabajar.

—Aaaa, maldito reloj de mierda. ¿Por qué tienes que avanzar tan rápido?
Exclamé mientras abría la puerta y encendía de mala gana la televisión. Estaba aburrido, solo y me abrumaba la tristeza. Cabizbajo, caminé hasta la cocina para servirme otra ronda de vodka mientras sacaba mi miembro, que yacía ansioso dentro de mis pantalones. Mirando la pantalla, me dejé llevar por la tentación mientras observaba una película vintage titulada Cleopatra, protagonizada por Julia Taylor, una de mis actrices favoritas.

Mi cuerpo estaba desesperado, impaciente por liberar la tensión acumulada. Comencé a masturbarme lentamente, disfrutando cada movimiento, imaginando cómo sería estar con la enigmática mujer de la foto.
Arriba y abajo, lento, luego rápido, después más intenso...

Sin quitar la vista de la televisión, me dejé llevar por la fantasía, imaginando cómo sería compartir una noche con esa mujer que había capturado mi atención.
Después de alcanzar el clímax, fui al baño y me di una ducha. El agua caliente me ayudó a limpiar todo rastro de mi deseo. Pasé el jabón por mis abdominales, intentando borrar el rastro de mi excitación. Cerré los ojos mientras el agua se llevaba mis pensamientos oscuros y la soledad que me acompañaba.

Estaba ebrio, mareado y melancólico. Cada vez que tomaba, me sentía más solo y vacío. Recordar que mi cama sin compañía era fría me destruía el alma. Hacía mucho que no sentía el calor de una mujer, y cada día me volvía un hombre más miserable.
Tener que recurrir a la masturbación para saciar mis deseos no era sano, ni mucho menos alentador para un hombre orgulloso como yo.

Continuará...

Bueno mis guapas hasta aquí el capítulo  de hoy 😉

Pdt: ¿Levi irá al strip¿Conocerá a Mikasa?
¿Quien a parte de Levi creció viendo las educativas películas de Julia taylor? Jajajaja🤣🤣🤣🤣

*Nos vemos en los comentarios *😏😏

☕Café con aroma de mujer☕  (RIVAMIKA & RIVETRA) Lectura Erotica +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora