1 - Recuerdos

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Hace 7 años...

Adora había acorralado a Catra contra la pared en un impulso que ni ella vio venir, y se quedaron con la mirada fija en los ojos de la otra. Todo lo que no habían podido decir con palabras, pero cuyos actos habían reflejado, se resumían justo en sus ojos. Los ojos azules de Adora con una mirada sincera y cariñosa; y en el ojo azul y el dorado de Catra, una mirada profunda y confiable. Pero ambas miradas transmitían algo en común: amor, un amor puro y no conocido. Lo que gritaban en silencio era claro para la otra, pero era difícil creer que lo que estaban viendo era real, ¿de verdad había la posibilidad de ser correspondida?, la duda continuó hasta que la rubia posó luego su vista en los labios de la morena y sin mas se deshizo de toda la distancia que los separaba de los suyos.

Unas niñas próximas a iniciar el bachillerato, que sabían que lo que estaban haciendo no era bien visto del todo, -aunque el mundo no les interesaba mucho- lo que sí les importaba era lo que pensara Weaver, es decir, no porque su opinión les importara en sí, sino porque si no le parecía la idea, podría hacer cualquier cosa en su contra para separarlas...Y lo hizo, aunque justo en ese momento apasionado, ambas pensaron que ese sería un problema para la Catra y Adora del futuro...Si es que tenían uno. Definitivamente una relación entre ellas no daría "buena imagen" al negocio familiar.

Catra había correspondido y se dejó llevar por las nuevas sensaciones que recorrieron su cuerpo, no sabía exactamente qué hacer a pesar de siempre haber visto ese tipo de cosas en películas y leído sobre ello en libros. Sus manos instintivamente tomaron a Adora por las caderas y la presionó contra ella. Apenas abrió un poco la boca, la mas alta introdujo su lengua ¿cuándo había aprendido a hacer eso? Todo iba demasiado bien para ser verdad. Pero la señora Weaver entró a la habitación.

Y ese "error" les costó. Pero si lo analizaban bien, tal vez fue para mejor porque el que Weaver las enviara a bachilleratos diferentes solo avivaba el deseo de cada día de que llegará la noche para poder verse y fue este deseo el que les hizo aclararse y cruzar la línea, es decir las ganas contenidas desde que comenzaba el día, el extrañarse, los celos-dolor al pensar que reían con otras personas, y esa mirada que se dedicaban cuando se ocultaba el sol, la ligera emoción ante el riesgo de ser descubiertas por su cuidadora, y sobre todo, lo mucho que se amaban, hicieron obvio que darían el siguiente paso pronto. Tal vez fuera su primer amor pero igual y por eso era tan intenso que resultaba incontenible. Incluso Weaver insistía en que debían conocer a otras personas, que el primer amor no dura para siempre, pero justo en ese momento, no lo creían así, o si lo creían, al menos querían disfrutarlo tanto como fuera posible.

Recuerdan perfectamente esa noche...Bueno, Catra lo recuerda perfectamente. Ese beso mágico que las llevó a las estrellas, el jugueteo de sus lenguas, sus respiraciones agitadas y el sudor que comenzaba a recorrer sus cuerpos, se separaron solo porque necesitaban respirar, pero esa pausa les permitió ver ese amor en los ojos de la otra que les quitó todo rastro de dudas. Adora volvió a besar a la morena con tanta pasión que el calor en el vientre bajó hasta sus entrepiernas, la rubia deslizó la ropa de Catra por el hombro mientras sus labios repasaban ese mismo camino, las marcas que iba dejando la mayor sobre su piel morena aún quemaban al recordar. La inexperiencia se notaba en las temblorosas y torpes manos de ambas, en las risas nerviosas y en los sonrojos excesivos.

Se habían visto desnudas antes, pero eran unas niñas, ahora era diferente, las intenciones eran otras y sin contenerse más se arrastraron a la cama y se dejaron llevar. La brisa fresca de una noche de otoño se colaba por la ventana que se olvidaron cerrar, las sábanas grabaron el rastro de aquella noche, y la Luna se quedó como único testigo. Menos mal, porque no tienen idea de qué hubiera pasado si hubiesen sido descubiertas a la mañana siguiente en el que Catra se escabulló de regreso a su habitación aun cuando todo su ser quería continuar abrazada a Adora.

SIEMPRE ES UN GUSTO COINCIDIR CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora