SIEMPRE ES UN GUSTO COINCIDIR CONTIGO

14 - Comienzos

– Hey, Adora...

Por alguna razón esas palabras hicieron saltar de emoción el corazón de las dos personas que alcanzaron a escuchar los primeros sonidos que habían salido de la boca de Catra, la misma chica que se supone estaba en un estado de coma.

La típica frase para su chica fueron las primeras palabras que dijo al abrir los ojos y ver a la rubia. Pero la felicidad no parece durar para ellas, tan pronto como dijo aquello, pareció reaccionar realmente haciendo parecer lo anterior como un mero reflejo involuntario de quién sabe qué. Y eso rompió un poco más el corazón de Adora sin saber que podía realmente romperse más.

–¿Adora? ¿Por qué dije eso? – Y tosió tras sentir su garganta reseca.

Adora sorprendida volteó a ver a Glimmer quien finalmente parecía reaccionar y en respuesta le indicó que irá a llamar a los doctores, terminando de salir de ahí. Tampoco ella podía con eso.

Lo cierto es que ahora la chica ojiazul no sabía como reaccionar, qué decir o qué hacer, algo no estaba bien, ella no se siente bien, pero también estaba feliz de que Catra al fin despertara. Aquellos ojos heterocromáticos la miraron minuciosamente pero también un tanto perdida, como si realmente aún estuviera analizando su alrededor para identificar donde estaba a pesar de que la luz estuviera molestándola un poco. Adora se tomó unos minutos en lo que calmaba un poco su ansiedad y ordenaba sus ideas para comenzar a hablar en lo que llegaban los médicos.

–Tu, ¿no me recuerdas? –Finalmente se atrevió a preguntar sonando casi como un lamento.

–¿Nos conocemos? – Catra trató de llevar su mano a su garganta demostrando que le dolía un poco hablar, pero incluso su débil brazo no respondió exactamente como quería. Algo no estaba bien y la morena lo sabía– Entonces, soy una idiota, ¿cómo pude olvidarme de alguien tan bonita como tú? ¿Qué fue? ¿Me pegué una borrachera? ¿Estrellé un vehículo? No me digas, ¿Una sobredosis? – Cuestionó sorprendida al caer en cuenta de que estaba en el cuarto de un hospital, pero incluso sus propias ideas no las sentía cómo algo que ella haría, no obstante, cómo más podía explicar la poca información que había recabado en apenas unos minutos.

Adora rio.

– No nada de eso, creo; pero si es así y no me recuerdas, entonces, podría decir que estamos a mano – Susurró esto último.

– Entonces ¿qué fue? – Dijo tocándose los vendajes de la cabeza cuando con bastante esfuerzo logró mover los brazos. –Oh dios, mi cabello...–Decía mientras acariciaba la parte de su cabello que comenzaba a crecer.

– Creo que no deberías de moverte ni hablar demasiado, los doctores vendrán pronto y te explicarán. Si te soy sincera, no sé mucho...No estoy segura...de hecho, ni de conocerte.

Catra pensó que, si no se conocían, entonces por qué se encontraría en su habitación, ¿sería una stalker? ¿debería preocuparse por eso? Lo cierto es que la rubia le parecía demasiado bonita y no le molestaría que la estuviera siguiendo para conocerla, no parecía una mala persona, es decir, en cuanto clavó su mirada en aquellos ojos azules no podía encontrar rastro de maldad, claro que no estaba segura de ser capaz de evaluar a una persona solo observando sus ojos, pero sería interesante tener esa habilidad, así se sentiría más segura de correr el riesgo que iba a correr.

– Entonces ¿quieres que nos conozcamos?, porque yo estaría encantada.

Adora se sonrojó.

Sí, para Catra, eso definitivamente valió el riesgo.

Los doctores en verdad no tardaron en llegar e interrumpir la escena, Adora y Glimmer esperaron afuera mientras la revisaban y valoraban su estado, para finalmente solo diagnosticar su desnutrición y la amnesia parcial que presentaba, así como también informaron que la terapia para sus debilitados músculos no debería ser tan extensa ya que no estaban atrofiados gracias a que solo fueron unos meses en su estado y Casta se había ocupado de que recibiera los cuidados necesarios con ejercicios que le hacía aun estando dormida.