CAPITULO 24

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05 de septiembre de 2019

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05 de septiembre de 2019

Todo es raro desde hace semanas... meses, cada que la veo mis manos tiemblan y mis alas se levantan. Mis abuelos dicen que los ojos me brillan, Martín se burla de mi "sonrisita" y Cristopher comenta que he andado muy distraído. Ni en mis momentos libres puedo sacarla de mí cabeza, me duermo y sueño con ella, canto y sin querer le dedico canciones, veo las estrellas y la veo en ellas. He notado que mi corazón brilla y parpadea.

La última vez que me sentí de esta manera fue cuando conocí a Rosie.

─¿Cómo sabes cuando estás enamorado?

─No dejas de pensar en esa persona, solo quieres estar con ella, sonríes al escuchar su nombre, te brillan los ojos... ¿Qué más?... Sientes lo típico de mariposas en el estómago.

─Mierda, estoy enamorado.

No, yo no estoy enamo... ni siquiera puedo decir la palabra completa. Es imposible, no, no, no y no. Mejor no pienso en esa palabra, esa palabra no existe... ¿Y si, si lo estoy? ¡No! ¡No, Alonso! ¡No! Cállate, cállate, no pienses en eso. Yo no puedo sentir cosas por mi ángel, son las reglas, yo no estoy...

Que gracioso, a veces se me meten a la cabeza unas cosas bien descabelladas y chistosas. Ese sentimiento lo enterré hace años. Ay Alonso, ¿qué cosas piensas?

Me olvido de eso y regreso a lo mío. Hoy Ana cumple diecisiete años, esta mañana despertó más feliz que nunca. Sus ojos brillan, da brinquitos de alegría y su sonrisa parece que la tiene tatuada en el rostro. Su mamá junto a la pequeña Luz le organizaron algo especial. A Ana le da igual su cumpleaños, ella es feliz mientras que su mamá y su hermana también lo sean. Estos últimos años las tres se han olvidado por completo del señor Evans, han salido adelante por si solas.

No puedo dejar de verla, se ve muy bonita con su cabello planchado y su vestido azul. Rara vez usa maquillaje y cuando lo hace se ve aún más hermosa de lo que ya es. Me gusta ver el cambio que ha tenido este último año, ha madurado y ha dejado atrás varios resentimientos.

Me pregunto que se sentirá darle un abrazo, me gustaría poder sentir su calor y oler su perfume. ¿Su corazón se acelerara como sucede cuando ve a ese chico de la cafetería? ¿Me sonreirá con timidez? ¿Sus labios se sentirán suaves como se ven?

¡Basta! ¿Qué me sucede? Santo Cielo, no me puede estar pasando esto.

Me pongo de pie tumbando la silla, algunos ángeles me voltean a ver, los ignoro por completo y salgo corriendo de la oficina. Corro sin ningún rumbo, huyo de mis pensamientos y de mis sentimientos... huyo de ella.

Olvido sus ojos, sus labios, su nariz, sus mejillas coloradas... olvido cuando ríe, cuando baila, cuando ríe... olvido la cara de concentración que pone al momento de leer... olvido lo linda que se ve cuando está tranquila, lo tierna que luce cuando despierta en la mañana y tiene todo el cabello enredado. Olvido que me tiemblan las manos, que mis alas se inquietan... olvido la sensación de "mariposas en el estómago".

Entre tu Corazón y el Mío     LIBRO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora