CAPITULO 9

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02 de febrero de 2000

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02 de febrero de 2000

Me prepare todo el mes de enero para este día. Ayer llame al chef Alex y enseguida me pidió que viniera a su restaurante para una segunda audición. Papá no tiene idea de que mamá me trajo, él sigue sin perder la esperanza de que se va a abrir otra convocatoria para Malto y que esta vez sí entrare.

Papá nos ha tenido entrenando a Martín y a mí todos los días para que no perdamos el físico y nuestro "talento". Mamá y yo tuvimos que mentirle, él cree que mamá me está cambiando la resina de un diente. Nos sorprende que haya creído la mentira, nunca en mi vida he tenido caries, por lo que no hay resina por cambiar.

Prepare tres platillos salados y dos dulces. El primer platillo salado es un salmón al horno con tomates, espinacas y champiñones bañados en vino blanco, el segundo platillo son unos medallones de res con una salsa de Jamaica y el tercer platillo es un espagueti con pollo y una salsa de cuatro quesos.

Para lo dulce me fui por algo más sencillo, un cheesecake de chocolate con frutos rojos y pensando en mí abuela hice su postre favorito: pastel de elote con un delicioso atole de vainilla.

En estos momentos el chef Alex degusta los platillos. Mamá y yo esperamos impacientes a que termine y nos dé su opinión. Me encantaría que la abuela estuviera aquí, estos días no se ha estado sintiendo bien y la próxima semana la van a operar. Mis papás y yo nos mudamos a su casa, lo mejor de mi día es despertar y verla. Quiero pasar a su lado todo el tiempo posible.

Me siento alagado por cocinar en este restaurante, por el momento no hay ningún cocinero ya que el restaurante está cerrado, pero desearía cocinar con el equipo del chef Alex. Es una cocina muy grande y muy bien equipada, estar aquí es como cumplir la mitad de un sueño.

Mamá y yo nos ponemos derechos al ver al chef Alex. Espero que la enorme sonrisa que hay un su rostro sea una buena señal.

─Solo hay una palabra que define lo que acabo de probar: delicioso. Cada bocado hacia que mi cabeza estuviera a punto de explotar, en mi boca se sentía una mezcla de sabores maravillosos. Todo me encanto, mi estómago baila de la felicidad por las maravillas que cocinaste ─volteo a ver a mamá, sus ojos están cargados de lágrimas─. Alonso, no necesitas que te acepten en esa escuela, yo te acepto en mi restaurante.

Ay, Dios mío.

Debí de haber escuchado mal, no puedo creerlo. Siento que me voy a desmayar en cualquier segundo, las manos me sudan y el corazón me late a toda velocidad. Quiero llorar y gritar de la felicidad.

No lo puedo creer, no lo puedo creer.

─Lo que cocinas es arte, lo que hoy me diste a probar ha sido lo mejor que he probado en años. Ahora entiendo porque tardaste tanto en llamarme y ahora comprendo que valió la pena ─tomo el brazo de mamá, de verdad creo me voy a desmayar─. Como te dije cuando nos conocimos: eres un joven organizado, en tus ojos veo que disfrutas esto y sé que serás un chef maravilloso. Quiero que te unas a mi equipo de trabajo.

Entre tu Corazón y el Mío     LIBRO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora