CAPITULO 35

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23 de octubre de 2020

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23 de octubre de 2020

Sigo preguntándome que fue lo que le diría Ana a su novio para que ahora pueda verme. Desde que nos dimos cuenta he tenido un poco de paranoia, algo dentro de mí me dice que el chico sabe algo sobre más de lo que debería. Hace días lo note muy sospechoso, de nuevo estaba leyendo mi biografía.

Cada día soy más cuidadoso. Odio tener que utilizar las pastillas que me elaboraron los ángeles inventores, parece que apropósito le pusieron el amargo sabor.

Como Ana se fue a cenar con su suegra, me he puesto a terminar la quinta opción de menú para la boda de los Evans. Luz me ayudó a hacer una presentación en un programa con un nombre súper rarísimo y justo a hora la estamos enviando por email. Luz también me creo un correo electrónico: . Le pedí a la pequeña que no pusiera mis apellidos reales para no dar mucha información.

Admito que me súper entusiasma la idea de preparar el banquete para la boda. Ya solicite el permiso para que mis amigos cocineros sean mi equipo de cocina, el comité acepto con la condición de que ellos no hablen con los invitados y mantengan muy ocultas sus alas.

Estuve a hablando con la señora Sarah y le dije que no le cobraría ningún centavo por el servicio, ella se negó y me pagara una cifra muy exagerada. Utilizare una parte para comprar los suministros y lo que quede lo pienso donar a alguna organización benéfica. Yo no quiero y mucho menos necesito dinero, prefiero dárselo a personas que en verdad lo necesitan.

─¿Qué hacen?

La pequeña Luz y yo nos sobresaltamos al ver a Salma a nuestras espaldas. No la escuchamos llegar.

─¿Dónde está Ana? Necesito su ayuda.

─Fue a cenar con su futura suegra ─le dice la pequeña Luz. Cierra el correo electrónico y se mete a una página de juegos, ama jugar uno de una tienda de cupcakes. Ayer jugué y termine estresado.

─Demonios... bueno, como Ana no está tú me ayudaras ─me toma del gorro de la sudadera y me arrastra hasta la mesa.

¿Qué es lo que le pasa? Me trata como si fuera un muñeco de trapo.

─Me eligieron para dar el discurso de la graduación y no se me ocurre nada. Olvide que el lunes tengo que entregar el borrador.

─¿La graduación no es dentro de un mes?

─Sí, pero ya sabes cómo es King que le gusta tener todo organizado y además me lo tengo que aprender de memoria.

De la mochila saca una libreta y un bolígrafo rojo. Odio que la gente escriba con tinta roja, en mis tiempos de escuela solo utilizábamos ese color para poner mayúsculas y signos de puntuación.

─¿Qué es lo que llevas escrito?

Tomo la libreta y leo las únicas dos líneas que tiene anotadas.

Entre tu Corazón y el Mío     LIBRO 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora