Capítulo 8 - Primitivo

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Namjoon no podía creer lo repentinamente necesitado que se sentía. La cita había terminado, aunque la mayor parte de ella habían permanecido abrazados sin intensiones de alejarse ni un segundo.

Sabía que cuando su león se sentía atraído por un shifter, se ponía necesitado y algo mandon, lujurioso quizás. Pero francamente el comportamiento que estaba teniendo por el tigresito, era demasiado primitivo. Parecía que el raciocinio que habían alcanzado con el tiempo, no era más que una fachada porque seguía siendo tan salvaje como sus antepasados shifters.

¿Exageraba? Quizás no, si se hubiera quedado en su casa, aquella bonita mansión ubicada en el sector adinerado de la ciudad abyss.

Pero como no lo había hecho y ahora estaba aquí, a mitad de la noche y escalando por el árbol de cerezo del invernadero, siguiendo la rama torcida que salía por el techo y llegaba hasta el bonito balcón de su tigresito.

Maravilloso Kim Namjoon, un león de linaje, un hombre maduro de 28 años llegando a buscar a su amorsito como un mocoso.

Pero esque no podía controlarse, su respiración estaba acelerada y gotas perladas resbalaban por su cuerpo, pegandose a su camisa y aumentando por su ansiedad.

Quería...no, necesitaba, estar cerca de Seokjin y frotar su aroma en él. Y todo porque al ser Seokjin un alfa, no podía quedarse por completo con el aroma de Namjoon, inevitablemente desprendiendo su propio aroma para marcar territorio.

Y a él ni a su león les agradaba que su tigresito estuviera por ahí, sin tener su aroma impregnado.

Su pantalón gris de lana se apretó a sus piernas cuándo se sentó en la rama con las piernas colgando a los lados. Su enorme suéter lo abrigaba y protegía del feroz frío, mientras un gorro aplastaba su cabello.

Normalmente no le preocupaba su aspecto porque sabía que los leones Omega siempre se sentían atraídos por su presencia y aroma, sin embargo, como había estado sucediendole desde que conoció a Seokjin, ahora le preocupaba no ser suficiente para un alfa, un tigre y su mayor enemigo desde hace tanto que ahora, solo quería rodear con sus brazos.

Oh, sus antepasados debían estar creando la guerra en el más allá para poder llegar al mundo terrenal y acabar con él, pues sus solos pensamientos eran un insulto en su manada.

¿Cómo podría presentar a su tigresito sin que la mayoría, por no decir todos, se lanzarán sobre su pareja?

¿Pareja? Sí. Seokjin era suyo, suyo y de nadie más. Aunque su aroma no estuviera sobre él permanentemente, por las cuestiones de la marca y del celo, pero aún así, Seokjin le pertenecía tanto como él a su tigresito

Se sentía tan patético y necesitado. Habían pasado exactamente cuatro horas y veintidós minutos desde que se habían separado y no podía tener suficiente.

Olfateo un momento para asegurarse de que estaba en el balcón correcto, de lo contrario el amigo de Seokjin, Taehyung, se lanzaría sobre él por irrumpir en su habitación.

Y ahí estaba, ese delicioso aroma de café, como si estuviera calentito en una taza mientras el se sentaba frente a una chimenea.

Maravilloso

Golpeteo sus nudillos contra la madera, un toc toc toc que pronto fué correspondido con el susurro de las sábanas y los pasos tap tap tap de su tigresito.

Cuando Seokjin abrió las puertas del balcón y salió con su precioso cabello negro cuál cielo a medianoche, desordenado y haciéndolo ver tan inocente. Esos labios rojitos entreabiertos con esas mejillas gorditas.

Dime "Te amo" - [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora