Capítulo 18 - Promesas

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Seokjin lo sabía desde el momento en que sus pies desnudos aplastaron la tierra húmeda del bosque. Serían perseguidos sin cansancio alguno hasta que la organización los atrapará.

Intentaba no ponerse nervioso, teniendo en cuenta que Namjoon podía sentir sus emociones. La marca permanecía sensible en su cuello, rojiza y cicatrizando, desprendiendo el aroma de Namjoon, el suyo y uno dulzón de su bebé.

Y maldición, en cualquier otra circunstancia lo habría amado. Pero justo ahora, sólo podía causarle miedo porque era evidente su estado. El pensamiento hipotético de lo que harían si los atrapaban, percatandose de inmediato de su embarazo, lo asustaba hasta la muerte.

Pronto llegaron al primer refugio y se encontraron con Seoyun y Jungkook, ambos observando el perímetro en alerta, mientras Yoongi ayudaba a Jimin a subir.

—¡Namjoon!-—Seoyun se acercó y dejándose llevar por sus emociones, abrazo a su hijo, deslizando su mano derecha por el cabello desordenado y con la izquierda apretando las puntas de sus dedos en la espalda amplia. Fuerza ejercida por sus brazos apretaban a su hijo contra él, expresándole lo preocupado que estaba.

Para Namjoon era extraño aquel gesto pero tanto su león como él, bebieron de la calidez del contacto. Amaba a su padre pero siempre había parecido frío, molesto y distante, aún así jamás le había negado su cariño a Namjoon. Siempre una caricia en su cabeza le era brindada cuándo hablaban, pero también había sido bastante estricto y curiosamente furioso, una característica que aún no comprendía.

—Lo siento, no quería abandonarte en ese momento. Pero... confíe en que estarías bien.—Exhaló el oxígeno que había mantenido y se permitió relajarse por unos instantes.

—Sé que querías alejar a los leones de mí. ¿Tú estás bien?—Namjoon rió cuando intentó alejarse y su padre le gruñó, apretandolo aún más. —Papá, por favor, quiero decirte algo.

—Imagino que es.—Con algo de reticencia Seoyun se apartó y de inmediato observó a Seokjin. Con un mejor control de sus sentidos, olfateo desde la distancia y notó de inmediato el aroma de los cerezos. —¡Muy bien Namjoon! ¡Tan potente como tú padre! Así lo hacemos los Kim, bien hecho.

Namjoon sonrió avergonzado pero unos segundos después, bajo la mirada un instante y luego lo observó algo incómodo. —¿Dónde está mamá?

Seoyun apretó sus manos, un vistazo rápido al rostro de Hoseok le causó dolor en su propio corazón. —Tú y yo hablaremos de esto después, Namjoon. —Dandole la espalda, se acercó a Hoseok. Ambos se observaron fijamente, la necesidad fluyendo por sus venas, titilando en sus dedos, acelerando sus latidos. Pero antes de que alguno decidiera actuar, ambos apartaron la mirada y se ocuparon en lo primero que se les ocurrió, alejándose el uno del otro.

Seokjin notó lo nervioso que se encontraba Namjoon, confundido por todo lo que estaba sucediendo. A su vez, por el miedo o la euforia causada durante la persecución, Seokjin no se había percatado antes de los extraños sentimientos y emociones que parecían existir entre Hoseok y Seoyun.

Teniendo una idea de lo que podía estar ocultando el padre de su pareja, recordando las actitudes extrañas de Hoseok, en su mente una serie de ideas algo escandalosas se forjaban.

Sin importar que fuera, se aseguraría de estar junto a Namjoon y brindarle su fuerza. Podía ser un delta pero eso no lo hacía menos alfa, tampoco restaba sus características que tanto orgullo le causaban

El estaría para Namjoon, su alfa. Decidido deslizó sus dedos en los calidos de Namjoon y entrelazó sus manos. Su alfa lo observó de soslayo y su expresión sombría cambió de inmediato. Olfateando, ocultó su rostro en la curva desnuda de su cuello y lamió, regando pequeños besos mientras se calmaba, inhalando su aroma. Seokjin mantuvo sus manos entrelazadas y con la libre acarició su nuca, jugando con sus desordenados cabellos para calmarlo aún más.

Dime "Te amo" - [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora