[Nota autor: Aquí trataré de hacer lo más apegado al libro con esta situación de la pelea de James y Snape, so, disfruten :D]
3/10
—¡Snape!.
Era un día soleado, normalmente podía definirse un día tranquilo. De no ser por el aburrimiento de James Potter que se le ocurrió divertirse molestando al pelinegro serpiente. Este se encontraba tranquilo en los terrenos de Hogwarts y cuando el león se acercó con su grupo de amigos, todos los presentes fueron testigos de aquel encuentro.
—¡Quejicus!— James lanzó un hechizo a Snape pero este se defendió con otro .
—¡Dejame en paz Potter!
—Tch, aquí no esta Evans para salvarte o, tu amiga secreta— siseo con burla y de nuevo lanzó otro hechizo. Snape se defendió pero "sin querer " le dio una maldición en la cara haciendo que se la rajase y sangrase.
—¡James!— gritó la pelirroja corriendo hacia la pelea queriendo evitarla. Frost no se encontraba presente ya que tenía clase.
—Tch, maldito Quejicus...¡Experilliamus!— desafortunadamente, la varita de Snape se fue a otro lado y con otro hechizo, hizo que este quedara de cabeza, consecuencia de que se le bajaran sus pantalones.
Las burlas sobraban en la situación, las risas de James y los merodeadores fue el colmo para Snape. —¡Basta James! ¡Dejalo ir!
—Deja de defenderlo Evans, es ridículo — respondió James.
—James bajalo, porfavor.—de nuevo rogó Lily al de lentes.
—Ngh, no necesito ayuda y mucho menos de una sangre sucia como tu— dijo Snape enojado a la chica, Evans se quedó por un momento pálida y frunció el ceño molesta.
—¡Retractate ahora mismo!—Potter golpeo en su abdomen a Snape y de ese modo, bajándolo al suelo. —Dale una disculpa de inmediato.
—No necesito que me defiendas Potter, y mucho menos aceptar la disculpa de alguien que no es mi amigo.—replicó la pelirroja claramente molesta con ambos hombres.Eso fue el punto quiebre de Snape. —Y mejor lava tus bóxer que lo tienes sucio.—y se fue de allí.
—Te arrepentirás de esto Snape...—siseo Potter y se fue de allí con los demás de su grupo. Snape se levantó y pensó en lo que le había dicho a su mejor amiga, a su única amiga, se sintió devastado.
Unas horas más tarde, la rubia fue a la torre de astronomía a leer algo cuando vio que Snape estaba allí viendo hacia el bosque, pero, tenía su mirada perdida. —Parece que no fui la única que decidió venir.
—...Dejame solo Frost— dijo Snape con voz grave y sin verla, aunque no lo pareciese, había llorado, un poco.
—¿Qué paso? ¿Te hizo algo Potter? Dime y yo también le daré su merecido— afirmó decidida.
—¡Qué me dejes solo!—Severus volteó a verla de lado, esta retrocedió levemente por el grito. —¿¡Que no te das cuenta que soy un monstruo?! ¡Dejame solo!
Snape tenía una expresión dolida en el rostro, y una de sus manos apretaba el barandal que dividía el piso de la torre del abismo de abajo; la rubia jadeaba del susto pero, valientemente se acercó a él y lo abrazó. Snape no correspondió al abrazo no porque no quisiera, sino por dos cosas, la primera, jamás alguien le había dado esa muestra de afecto y por lo mismo, dudó en corresponder; pero finalmente lo hizo.
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—No eres un monstruo Sev...—le dijo poniendo su mentón delicadamente en el hombro de este.
—Lo soy, hice algo...—se separó de ella para verla de frente sin romper el abrazo. —Dije algo terrible a alguien que estimo, y todo porque Potter me provocó, no pude contenerme...
—¿Evans?—preguntó la rubia, Snape se sonrojó levemente y bajó su mirada, asintió para de nuevo verla. —Severus, seguramente te perdonará, ya verás.
—Le dije sangre sucia...—confesó avergonzado. —Dudo que me perdone.
—Intentalo, por lo que mas has contado, ustedes se conocen desde niños, tienen una amistad fuerte— añadió tomando delicadamente el mentón de este con su mano. —Se que lo hará, solo, dale su espacio.
—...Gracias Lilyanne— Snape le sonrió de lado a esta, solo que no era una sonrisa burlona o sarcástica como en algunas ocasiones. Ambos se quedaron viéndose por un momento hasta que la rubia sonrió levemente y se separó de él con un sonrojo.
—Si, eh, de nada, me alegra ayudar.
Snape también estaba un poco sonrojado pero negó un par de veces. —Hmm, quien diría que un slytherin y una Ravenclaw se lleven bien.
—Lo se, deberías estar orgulloso— la rubia sonrió divertida a este.
—Lo estoy, no todos tienen el placer de ser mis amigos— dijo orgulloso y con una sonrisa ligeramente tierna. —¿Quieres ir alguna parte? Que no sea la biblioteca— puntualizó ya que sabía que esta era ratón de biblioteca.
—Uhm, bueno, ¿que tal si vamos al bosque?—propuso con una sonrisa.
—Me gusta, andando— dijo el pelinegro para irse con la rubia al bosque, Frost le había traído algo de tranquilidad, y quizá, poco a poco un ligero interés empezaba a surgir en él. Un interés misterioso, pero, que a la vez le intrigaba conocer más de la dueña de la sonrisa que lo había cautivado.
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"Los sentimientos son como el oro, cualquier palabra o acción buena hace que sean más brillantes; sin embargo, si las palabras y acciones vienen con malas intenciones, se vuelven tan sensibles como el cristal y se rompen haciendo que la persona sufra las consecuencias y se amargue queriendo nunca volver a sentir".
