;; Este es el extra tan esperado, gracias a todos por apoyar esta historia. En verdad, sus comentarios y votos cuentan demasiado, pero, gracias de verdad a todos.
¿Les gustaría que en algún futuro hiciera una historia como esta de otra realidad? Lilyanne no estaría muerta, y otras sorpresas. Los leo en los comentarios ☆
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5 ½ años después. . .
Los años habían sido como tortura para Snape, no dejó de buscar a Carina por ningún motivo. Tenía que encontrarla, sabía que estaba viva en algún lugar. Dumbledore le había entregado una carta diciéndole el posible paradero de la pequeña Frost y no dudo en ir de inmediato a Hogwarts.
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—¿Cómo se que esta vez habla en serio?.
El pelinegro estaba en la oficina del director mientras este veía hacia unos libros. Su cara estaba demacrada por la falta de sueño, y ahora en vez de traje usaba túnicas largas de color negro. —La última vez dijo que una familia en Francia la había recogido, y no fue así Dumbledore...—Snape sonaba cansado y algo harto de la situación, pero la desesperación la tenía también en su mirada y el mayor lo sabía.
—Te dije que confiaras en mi Severus, también he buscado a la niña en todas partes— respondió el director con aire tranquilo. —¿No me diste tu palabra que así sería?
—Han pasado casi 6 años desde que perdí a mi hija—Severus se acercó más al director. —Y no he hallado ni una sola pista para encontrarla...
—Te mande una carta no para pelear sobre la niña, Severus, sino para decirte que esta vez la encontré— Snape alzo la mirada, su piel estaba más pálida que de costumbre. —Esta en un orfanato Muggle en Londres llamado Blueheaven, es por eso que no podíamos rastrear su magia.
El de ojos onyx suspiró y decidió ir a buscarla. —Severus— el pelinegro se detuvo pero no volteo a ver al mayor. —¿Le dirás a la niña la verdad?—preguntó acomodándose sus lentes media luna viendo a Snape.
Este no respondió y terminó por irse de la oficina, necesitaba pensar que diría. Dumbledore suspiró cansado y volvió a hacer sus deberes.
¿Cómo le diría a una niña de 5 años que su madre murió en un incendio causado por mortífagos y que él no estaba allí para salvarla?, eso se preguntaba el pelinegro llendo hacia aquel orfanato, pero había tomado una decisión que, quizá se arrepentiría después.
Al llegar a Londres era un día lluvioso, había niños jugando en la escarpa con barquitos de papel y algunas personas caminado rápido con sus paraguas para llegar a casa. Cuando llegó al orfanato, toco la puerta un par de veces y fue abierta mostrando a una mujer de unos 40 años con cara de pocos amigos. —¿Qué se le ofrece?—preguntó seca a Snape.