El quinto año había terminado, todos los estudiantes fueron a sus casas por vacaciones. Ese año fue el peor de todos para nuestros protagonistas, primero el rechazo de Evans a Snape y de Snape a Frost, estos dos últimos de habían distanciado y no vuelto a hablar desde entonces. Estamos ahora en sexto año, el expreso de Hogwarts había arrancado y faltaban un par de horas para llegar.
Los estudiantes estaban emocionados, y por si fuera poco, no era secreto ya que Lily Evans y James Potter comenzaban a salir. Snape al enterarse se resguardó más con sus amigos de su casa, por ahora, la pareja estaba en un compartimiento con los amigos del de lentes, Sirius Black estaba algo incomodo por lo que se levantó y empezó a curiosear los demás compartimientos. La rubia estaba en uno sola leyendo un libro de magia avanzada, su padre le obligó a leer ese libro ya que este no le tenía ningún aprecio, Black llegó al compartimiento y al verla le sonrió de lado.
—Mira quién tenemos aquí—Frost al reconocer su voz volteó a verlo con una mueca de disgusto. —La señorita encantamientos avanzados en persona.
—Vete a joder a otro lado Black...—siseó la rubia mientras continuaba su lectura.
—Oh vamos, fue una broma linda, ¿puedo pasar?—preguntó con voz calmada, esta suspiró y asintió aún sin verlo, el pelinegro entró en el compartimiento y se sentó viendo a Frost de frente. —¿Porque no estas con Potter?.
—Pues, ahora que esta con Lily siento que hago mal tercio aunque a Remus y Peter no suele incomodarles— Black torció su boca y después suspiró. —Bueno, ¿y tu porque estas sola?
—Me gusta estar sola, sirve para concentrarme— respondió la rubia viendolo ahora si.
—Hmmm, yo pensé que Quejicus te había dejado de hablar—sonrió de lado cruzandose de brazos, la contraria unicamente suspiró cansada y cerró su libro con algo de fuerza.
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—En primer lugar, se llama Severus no Quejicus— aclaró algo sonrojada;—En segundo lugar, el tiene sus amigos y es desición de el querer estar conmigo o no.
—Hmmm, tienes razón— Black cruzó sus piernas mientras veía de reojo a la ventana. —Quejicus es raro.
—¿Puedes dejar de llamarlo así? No entiendo porque tu y James lo molestan.—respondió Lilyanne también cruzada de brazos.
—Mmm, te propongo algo -comentó Sirius. —Yo dejo de decirle Quejicus y veré el modo en que mis amigos lo dejen en paz, si...
—¿Si que?
—Si sales conmigo — terminó de decir el chico viendo a la rubia coqueto.
—¿Salir contigo? ¿En serio?—preguntó sarcástica. —¿Quién me dice que no cumplas tu palabra?
—Bueno, te doy mi palabra de honor— respondió poniendo una de sus manos en su pecho. —Y los Griffyndors tenemos palabra.
De acuerdo, lo tenía que admitir, Sirius no era el idiota que ella pensaba que era, era caballero aunque un poco presumido. Sin embargo, también podía aprovechar de intentar salir con alguien y que estos no molestaran a Snape. —Esta bien, salgamos, pero primero quiero conocerte mejor.