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Y aquí vamos. Era una mañana muy radiante, nuestra pequeña Luz tenia planes en mente y estaba decidido a hacerlos. Como todos los días se preparo para ir al colegio; desayunó, se cambió a su uniforme, agarró sus cosas y salió directo a Hexide.

Desde muy temprano se encontró con su amor juvenil, como muchos lo dicen, ella estaba en los pasillos de la escuela, sacando sus libros para su clase qué estaba por iniciar. Tan radiante, única. Eso pensó.

— ¡Hola Amity! —

— Oh, hola Luz ¿Cómo estas? — se dirigió a ella con una sonrisa.

— Muy bien, bien oye... quería ver si quieres ir al parque o a otro lugar para pasar rato juntas, que dices? —

— Claro, me encantaría, ¿saliendo de la escuela? —

— Sip, si quieres —

— Bueno entonces nos vemos — dice por último dándole un beso en la mejilla izquierda a nuestra dominicana.

— ... me dio un b-beso, me dio un beso — inconscientemente sonrió y con su mano, toco delicadente su mejilla — este va a ser un día ¡genial ! —

Que equivocada estaba nuestra protagonista.

Ya era casi la hora de la salida y Luz se encontraba totalmente nerviosa, cualquiera notaria qué lo estaba. Espamos venían de repente a su cuerpo, temblores leves en sus manos y un dolor en el estómago incontrolable. Si... nuestra pequeña Noceda sobrepiensa todo y es muy nerviosa.

Cualquiera que se va a declarar se hace preguntas como "Que si a *x* le gustaré" "qué si a *y* le gustará otra persona" " qué hago si no me corresponde? " .

Muchas preguntas pero solo sabrás la respuesta si te atreves a declarate.

— ¿Lista Luz? — Preguntó Amity atrás de ella.

Soltó un brinquito del susto, claro, estaba tan metida en sus pensamientos qué no noto que Manoplas ya estaba ahí.

— ¿Eh? Oh! Si, si c-claro, vamos—

— ¡Muy bien! —

El camino era demasiado tranquilo a decir verdad, casi no se encontraba ese silencio viniendo de las Islas Hirvientea y más en la parte de Huesosburgo. Y para Luz y Amity era un silencio entre incómodo y cómodo, ninguna de las dos no lo sabia con exactitud.

Pararon frente a un atardecer bonito, se la habían pasado toda la tarde platicando sobre la escuela, gustos y lo más importante de amores.

En este se encontraba acabado de pasto con flores y un pequeño lago, si a eso le podemos llama lago, viniendo de un lugar con magia, uno no sabe que criaturas puedan encontrarse allí.

— Uff! Fue una tarde agotadora, pero muy tranquila y relajante, lo necesitaba — Dijo Amity.

— Si... ven siéntate — palmeo un poco el pasto, mientras se sentaba en el y apreciaba la vista.

Amity hizo lo mismo y acomodó su cabeza en el hombro de Luz.

— Amity, puedo hacerte una pregunta? —

— La que sea —

— Es que no quiero incomodarte —

— ¿Qué es lo que tramas Noceda? —

— ¿Te gusta alguien? —

—... mmm la verdad no se que decir, me tomaste por sorpresa, pero creo que si, no lo se —

En esas palabras, Luz encontraba algo llamado esperanza.

— Oh ya veo —

— Y ¿a ti? —

— ¿A mi? —

— Mhm —

— Bueno, pues si, si me gusta alguien —

— ¡¿Quién?! — Amity preguntó con emoción.

— tú... —

Propuesta rechazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora