04; el caballero y su brillante armadura

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Entonces, debido a mi estupidez y el perverso de Malfoy; Harry, Hermione y Neville (no pregunten), terminaron castigados junto a Draco en el Bosque Prohibido. 

—Lo siento—les dije, devorando un chupetín acido, Harry contaba como los centauros enojados casi le arrancan la cabeza.

Encontró también una especie de monstruo alimentándose de un unicornio muerto. Y me encantó escuchar cuando me habló de cuando Draco había escapado gritando como una niñita.

—Le pasa por idiota—reí entre dientes, lanzando el, ahora terminado, dulce al contenedor. Fallé.

—¡No es gracioso!—Hermione se erizó mientras cruzaba la sala común para tirar la paleta en la papelera por su cuenta—¡Podríamos haber muerto!

—Una pena que Malfoy no lo hiciera—me encogí de hombros—. Y de todos modos, tenías a Hagrid ¿No? Como si él hubiese dejado que algo malo les pasara.
. . .

Resulta que Nicolas Flamel estuvo delante de nuestras narices todo el tiempo. 

—¡Eso es!—Harry chilló cuando gemí frustrada, otro maldito cromo de Dumbledore en mi rana de chocolate. 

Dedujimos que Fluffy estaba protegiendo la Piedra Filosofal. Pero decidimos esperar hasta después de nuestros exámenes de fin de año para hacer algo al respecto. 

—El trabajo escolar es lo primero. Y luego salvamos el mundo. Estoy seguro de que Dumbledore estaría de acuerdo—Hermione había insistido.

—¿Pero por qué tenemos que ir allí nosotros mismos?—pregunté confundida.

—Porque no podemos decirle a Dumbledore que creemos que Snape lo busca y dejar que él se ocupe de eso ¡Porque no nos creerá!—gritó Harry—¡Juro que Snape me odia porque derroté a su maestro cuando era un bebé! ¡Todo cobra perfecto sentido!

—Si tu lo dices...

Y así salimos.

Bajamos por la trampilla, pero no antes de que Hermione petrificara a Neville, que nos había atrapado. 

Dios, a veces podía dar miedo. 

Casi morimos, en demasiadas ocaciones de hecho.

Me encontré siendo la más inútil, hasta que el bendito tablero de ajedrez gigante se interpuso.

Y Hermione, que se suponía que era la más brillante, se quedó allí sin vergüenza, mirando las piezas. Y dijo:—¿Ahora qué hacemos?

—Es obvio ¿No?—rodé los ojos—. Tenemos que ganar la partida para llegar al otro lado de la sala.

Continué, haciéndome cargo. 

—Está bien. Harry, toma la plaza del obispo. Hermione, serás el castillo lateral de la reina. En cuanto a mí, seré un caballero—subí a bordo de un caballo negro, sintiéndome satisfecha.

—Ronnie, no crees que esto va a ser como... un verdadero ajedrez mágico ¿Verdad?—preguntó Hermione, su labio inferior temblando. 

Respondí a su pregunta sacrificando uno de nuestros peones. 

—¡Sí, Hermione, creo que esto será exactamente como el ajedrez mágico!—rugí de risa ante la expresión de horror en su rostro.

Y luego ¡Boom! ¡Smash! ¡Wallop!

Las piezas volaban por todas partes mientras jugaba la partida más increíble que jamás haya vivido.

—Espera un minuto—dijo Harry, deteniéndome cuando estaba a punto de hacer mi próximo movimiento. 

Estudió el tablero con cautela: entendió lo que estaba a punto de hacer. 

—Entiendes bien, Harry—asentí—. Una vez que haga mi movimiento, la Reina me llevará... Entonces serás libre de controlar al Rey.

—¡No, Ronnie! ¡No!—Harry lloriqueó dramático , como si estuviésemos en una especie de película cursi. 

—¿Qué sucede?—preguntó Hermione, mirándonos con miedo.

—¡Ella se va a sacrificar!—gritó Harry. 

—¡No, Ronnie, no puedes!—Hermione jadeó—¡Debe haber otra manera!

Meh— tuve una buena entrada. 

Desperté más tarde en la enfermería ¡Resulta que yo no morí después de todo!

Oh, y Harry terminó asesinando a nuestro profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, pero resultó que era un idiota que había estado usando a Voldemort en la cabeza debajo de ese turbante apestoso todo este tiempo, así que Dumbledore estaba bien con eso.

Y lo que encabezó el final del año escolar fue vencer a Slytherin en la final de la Copa de las Casas.

El rostro de Draco era un espectáculo. 

En especial cuando Dumbledore se dio cuenta de que habíamos ganado justo antes de otorgarnos algunos puntos de último minuto por romper las reglas generales, atacar a nuestros compañeros y asesinar a nuestros maestros. 

Dumbledore era el mejor. 

Entonces, fue con un aire general de presunción que Harry, Hermione y yo subimos al tren el último día de nuestro primer año. 

—Se siente extraño ir a casa ¿No?—musitó Hermione, con la vista en el castillos, que se alejaba cada vez más.

—No estoy yendo a casa—Harry sonrió con nostalgia—. No realmente.

¿A dónde diablos iba entonces?

VERONICA WEASLEY , draco malfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora