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Me remuevo en la cama por el calor y abro lentamente los ojos para darme cuenta de que Alejandro está prácticamente durmiendo encima mío, por lo que eso combinado con que dejamos el balcón abierto dejando entrar el Sol en todo su esplendor tiene la habitación incómodamente caliente.

Me remuevo debajo de mi novio haciendo que se despierte y suspiro molesta cuando en lugar de que me suelte me pone encima de él, lo veo fijamente y solo me da una sonrisa con los ojos entreabiertos.

_Buenos días, señorita.

_Buenos días, Alejandro.

Beso su barbilla y me siento a su lado tomando su mano y estirando su brazo cuando cierra los ojos durmiendo, no tengo ni idea de cuánto fue lo que bebió anoche, pero de lo que si estoy segura es de que tenemos que levantarnos y tomar una ducha porque me siento pegajosa y sucia.

_Déjame dormir una hora más.

_A la ducha, Alex.

_Bien.

Se levanta desganado y me sonrojo ante su desnudez,(cosa que no tiene sentido porque ya llevamos tiempo teniendo sexo).

Alex camina hacia mi lado de la cama y sonrío cuando me toma en brazos y camina hacia su baño, en el que sorprendentemente nunca he estado y me deja sentada en el lavabo mientras orina sin ningún pudor alguno a mi lado,

_Que ebrio estaba anoche para no cerrar la puerta, juro que estuve sudando como un cerdo.

_Bueno, si no creyeras que eres una enredadera y hubieras dejado un poco de espacio entre los dos hubieras dormido mejor.

_Eso no va a pasar.

Me ve a los ojos y yo niego sonriendo.

_¿Dormiste bien, cariño?

_Por supuesto, siempre lo hago.

_Bueno, anoche estuve algo pesadito diciéndote que nos casáramos así que solo quiero que sepas que entiendo por completo que no es el momento.

_Para nada, primero intenta hacerte amigo de mi padre.

_Bueno, eso no será muy fácil, le dije ayer que tenía toda la intención de dormir contigo y no en una especie de pijamada.

_Eso también lo dijiste ayer.

Suelta una pequeña risita y yo solo niego ante su falta de vergüenza, aunque la verdad ni siquiera debería de sorprenderme porque eso es algo que me gusta de su personalidad.

Alejandro camina a la ducha y deja que el agua comience a correr mientras que me ve con una sonrisa coqueta, no me importa que es lo que quiera, pero eso no va a pasar con mis padres a unas puertas de aquí, todavía puedo decir que tengo algo de decencia y de respeto.



Corro a mi habitación y cierro la puerta sonrojada sentándome en la cama, la señora Hernández ya me había dicho que no tenía ningún problema de que saliera con su cuñado pero no pensé que me la encontraría con solo abrir la puerta de la habitación de Alex así que ahora estoy mortificada porque es demasiado obvio lo que estábamos haciendo si salgo de ahí con una simple bata de baño y el cabello mojado, es obvio que no era una simple visita matutina,

Camino por la habitación y después de convencerme de que no estoy haciendo nada malo me visto con unos shorts cortos de mezclilla y una camiseta roja de tirantes y sandalias para bajar las escaleras en silencio hacia el comedor donde puedo escuchar que están todos almorzando.

Entro al comedor y después de saludar a todos me siento a lado de Camila que solo me sonríe y choca su hombro juguetonamente con el mío.

_ Tú si que te la estas pasando bien estas vacaciones.

_Camila...

_Deberían de ser menos ruidosos si no quieres que toda la casa sepa lo que están haciendo, geez niña, no eres primeriza en esto.

Veo alrededor de la mesa y como todos están almorzando como si nada y yo solo veo el plato que esta frente a mi para ocultar mi sonrojo.

_Pero recuerda que no tienes nada de que avergonzarte, si los dos están cómodos a nosotros no nos importa, aunque un poco de discreción no estaría nada mal.


62 días para enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora