Pequeño Motel | Emiliaco

04. El Contrato.

No sabe ni cómo llegó a su departamento después de tener tres orgasmos, el dolor en su cuerpo le recordaba lo mucho que gozó ser follado por ese hombre.

Su último recuerdo es haberse quedado dormido entre los brazos de Emilio, la calidez del hombre después del sexo, esa delicadeza al limpiarle y liberarlo del amarre de la soga, masajeando sus muñecas y cuello.

Ahora que lo piensa, ¿Qué tipo de relación tiene con Emilio?, El sujeto le propuso ser su Daddy y no le dio la oportunidad de responderle.

Suspirando y estirando sus extremidades, se relajó, terminando de despertar, soltando quejidos por el dolor en su entrada y piernas, ni un rastro de Emilio, a excepción de la nota en el mueble a lado de su cama.

Te espero en mi oficina, cariñito.

- Con amor, tu Daddy.

Se estremeció, su cuerpo empezó a temblar, vió la hora en el despertador, las 11:30 a.m., era tardísimo, pronto se levantó, cayendo sentado en el colchón al sentir sus piernas doloridas, sus brazos no aportan nada, todo su cuerpo parecía mutilado, con mucho esfuerzo fue hasta el baño, llenando la bañera y echando un poco de burbujas, eso relajaría su cuerpo y se permitiría pensar en todo lo que estaría por desencadenarse.

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Nervios.

Eso es lo que Emilio siempre provoca en él, sobretodo cuándo lo mira con detenimiento, esos ojos cuestionando las prendas que lleva encima, se le veía encantado con el choker, la soga le había dejado marca y no pudo cubrirla en su totalidad, así que tuvo que usar un choker.

- Éstas son mis reglas, puedes leerlas más de una vez, aunque... No tienes opción de negarte - Su mirada, penetrante y fría, deslizándole lentamente el folder color lila.

Joaquín bajó su mirada, en los dedos lucían dos anillos, pudo sentir la noche anterior el frío del oro y la plata quemarle la piel, su mirada regresó al rostro de Emilio, el hombre solo arqueó una ceja y lo incitó a leer aquellas páginas, inhaló y exhaló unas tres veces antes de tomar el folder y empezar a leer todo lo que aquel hombre le haría de aquí en adelante.

Mis reglas, tus reglas.

• La polla de Daddy es sagrada, hay que saborearla y atenderla cuándo sea necesario.

• Siempre serle fiel a Daddy y entregarte en todos los sentidos

• Da igual donde sea, si Daddy está duro, hay que entregarle el culo o tu linda boca.

• No hacer que Daddy repita las cosas más de tres veces.

• No desobedecer a Daddy o habrá consecuencias. (Daddy elige el castigo, éste deberá ser dado en privado).

• Si crees que Daddy sobrepasó el límite, puedes decírselo, comentale si lastimó tus sentimientos o tu cuerpo.

• Daddy puede hablarte en el tono que le plazca, siempre y cuándo no te humille ni te grite en público.

• No tocarse y/o autolesionarse sin el consentimiento de Daddy, debes pedir permiso antes, así Daddy se asegura de que no te hagas daño.