.Scars.

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Al día siguiente.
Cafetería.

Lydia suspiró completamente agotada, había hecho decenas de entrevistas y ninguna persona lograba convencerla, cada una de ellas le recordaba a Theo y a otra media docena de empleados que había despedido en los últimos dos años por motivos similares.

Los únicos chicos decentes que alguna vez entrevisto parecían ser sus ahora amigos,  Liam Dunbar (encargado del mostrador, comida y limpieza de la zona durante el día), Isaac Lahey y Vernon Boyd (encargados de vigilar el lugar), Mason Hewitt y Bucky Rogers (encargados de llenar los estantes) y una chica llamada Jayleen Novak (asistente de manager, actualmente de vacaciones), los cuales eran los únicos empleados por el momento.

— Diez chicos y chicas y nada -se quejo, observando al dueño ligeramente desanimada.

— Si quieres podemos dejar esto así por ahora, se que es apenas mi segundo día aquí, pero si es necesario puedo quedarme un mes más y ayudar en lo que pueda, se que los chicos y tú tienen clases antes y después del trabajo y no quiero que se estresen demasiado con todo esto -sugirió.

— Pero no tienes que ir a revisar tu establecimiento en Houston para esas fechas? -le observo un poco confundida.

— Mi hermana Coraline puede encargarse, después de todo es la segunda al mando y yo estoy muy cansado para viajar -admitió.

Realmente era algo fastidioso tener que ir de viaje a cada rato y solo quedarse a descansar por dos semanas en casa, para luego volver por todo un mes a un fastidioso y aburrido hotel.

— Está bien -acepto- — Mi asistente Jayleen llegara en un par de días, quizá aquello sea de ayuda -suspiró ligeramente.

Un par de segundos después la puerta del lugar se abre con suavidad y el famoso Stiles Stilinski apareció en la vista de ambos, para después caminar con la cabeza baja hacia el mostrador donde se encontraba Liam, completamente ajeno a la presencia de estos y sobre todo a la fija mirada de Derek sobre este.

— Derek -murmuró Lydia, pensando por un par de segundos- — Puedo preguntarte algo ligeramente personal? -susurró con una extraña sonrisa.

— Adelante, somos amigos desde hace un par de años, no veo porque no -asintió ligeramente, sin apartar la mirada del chico que se encontraba ordenando.

El lugar estaba a dos horas de cerrar, no podía ignorar el que era muy extraño que apenas se presentase.

— Estás seguro de que la situación de la cafetería es el único motivo por el que decidiste quedarte por más tiempo? -preguntó en un tono ligeramente burlón.

— No se lo que quieres decir, solo necesito que todo esté bien -comentó con distracción, observando cómo Liam fruncía el ceño hacia el chico- — No puedo dejar las cosas así -añadió en el mismo tono, observando cómo Liam se giraba ligeramente para observarle con una mueca nerviosa- — Creo que me necesitan -susurró, acercándose a ambos chicos.

Lydia solo pudo negar ligeramente, para después tomar su teléfono y comenzar a escribir un par de cosas sobre las entrevistas.

— Hola -saludó Derek, causando que Stiles pegue un pequeño brinco.

— Ya traigo tu pedido -soltó Liam, intentado apartarse lo más pronto posible.

— Hola -susurró el contrario con algo de dificultad, girando su rostro ligeramente hacia otro lado.

— Hey -le tomó de los hombros y le llevó a una mesa cercana para sentarle.

Y fue entonces cuando pudo verle, estaba incluso peor que la última vez...

Uno de sus ojos estaba cerrado por completo, tenía pequeños cortes en sus labios y un enorme corte (no muy profundo afortunadamente) en el cuello, posiblemente causado por el filo de una navaja.

— No puede ser...Fueron esos tipos? -preguntó lo más tranquilo que pudo, no podía ignorar que aún estaba en el trabajo.

— Intente defenderme...mala idea -susurró, dejando escapar una sonrisa triste.

Derek estaba apunto de responder cuando un par de clientes entraron al lugar, interrumpiéndoles con su animada platica.

— Vamos a la sala de descanso, podremos hablar con más tranquilidad -ordenó con amabilidad.

— No te meterás en problemas? Hay clientes... -susurró con preocupación.
— Ahora tu eres más importante -con una seña llamo la atención de la pelirroja y le pidió que se encargara de los clientes en lo que Liam terminaba la orden.

Sin más ambos chicos se pusieron de pie y caminaron hacia la sala de descanso, donde Derek cerró la puerta, igual nadie tenía que usarla por lo menos en un par de horas.

Y como si se tratase de un niño pequeño, obligó a Stiles a tomar asiento sobre la mesa, pues necesitaba tener una mejor vista de este.

— Sabes que debemos denunciarlo no? Lo de tu cuello es muy grave, un poco más de presión y...-agito las cabeza ligeramente, intentando olvidar aquella imagen.

— Lo se...pero...realmente no se quien fue...ayer...ayer después de que me dejarás en casa...fui a un bar con Scott y sus amigos y un tipo me atacó en el baño...estaba muy oscuro...ni siquiera se quien fue...-respondió, respirando con algo de dificultad.

— Hombre... -sin preguntar acortó la distancia y tomó su camiseta para levantarla.

Lo primero que observo fue una enorme mancha púrpura, lo cual causó que terminase de retirar esta por completo y bueno, Stiles no se negó.

Y ahí lo tenía, lo que debía ser un torso lechoso y cubierto de lunares estaba completamente salpicado de rojo, morado e incluso negro, acompañado de un enorme corte en forma de "D" atravesando su espalda y un par de manos  moradas marcadas sobre sus caderas.

— No te...? -preguntó con temor, sintiendo un nudo en su garganta.

— No -susurró- — Solo heridas superficiales -aclaró.

Y el mayor no pudo estar más agradecido con el universo.

— Stiles -susurró, acercandose para abrazarle con extrema suavidad.

Y entonces el menor comenzó a sollozar en un tono increíblemente bajo, como si temiese que el mayor le escuchase.

— Hey -se apartó un poco y tomó su rostro con delicadeza- — Vas a estar bien, voy a cuidar de ti, Esta bien? Esta noche vendrás conmigo, no deberías estar solo en este estado, ni siquiera deberías salir, pero agradezco que hoy lo hicieras, así puedo hacer algo -limpio un par de lágrimas del rostro de este- — Iré por tu comida, Estarás bien? -preguntó con suavidad, frunciendo ligeramente su rostro.

El nudo en la garganta del menor no le permito responder verbalmente, por lo cual asintió ligeramente, dejando escapar un pequeño quejido por el dolor que le ocasionaba el corte en su cuello.

Y entonces el mayor limpio por última vez las lágrimas de este y dejó ir su rostro con delicadeza.

Necesitaba encontrar a esos tipos.

Coffee, Cigarettes & kisses -SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora