Historia breve de una noche

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Shun abrazó a Hyōga después de entregar su carne, así como su alma.
      —Eres el primer hombre en mi vida, Hyōga.
      —Y así será para siempre, conejito.
     Se arrepintió de inmediato. ¿Quién iba a escucharlo gritar con la almohada en la boca?

Cuentos del conejo que se enamoró de un patoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora