Gift

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Finn.

Nunca pensé que sería tan difícil desgarrar simple papel adornado

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Nunca pensé que sería tan difícil desgarrar simple papel adornado.

No tenía nada de complicado la ejecución en sí; pellizcar, tirar, rasgar hasta que el papel ronronee y el contenido quede descubierto.

Por más que pareciera ser fácil, un proceso mecánico, que no requería de mucho análisis, algo me impedía hacerlo.

No me sucedía a menudo que una tarea se me hiciera compleja o exasperante; todo podía lograrse con determinación y trabajo duro. Con esas dos cualidades, cualquier cosa estaba al alcance de la mano. Estirar, apretar, adueñarse. Y cuando fallaba, las pocas veces que lo hacía, si me permiten abusar de mi modestia, era porque no me había esforzado lo suficiente. Como esa ocasión en la que la audición fue un desastre, o como cuando fallé el examen de conducir cuando tenía como quince.

Todos los acontecimientos del pasado cercano parecían distantes ahora, ahora que miraba a la misteriosa caja envuelta en papel de regalo, la caja que Mellea me había entregado y que yo no había tenido el valor de abrir.

Quería hacerlo, descubrir qué encerraba, pero percibía que si lo hacía, todas mis expectativas podían verse arruinadas, y entonces la realidad reemplazaría a la fantasía, y eso podía llevar a decepciones. Y yo odiaba decepcionarme, en especial cuando toda la culpa recaía en mí y mis especulaciones.

Por otro lado, tenía claro que algún día tendría que hacerlo; porque si no, todo se reduciría a que jamás me atreví a arriesgarme. Debía tomar la iniciativa, rasgar el papel, y si me decepcionaba... al menos habría salido de la duda.

Separé mi espalda del borde de la cama, y arrastré el trasero por el suelo, hasta llegar a la caja, posada sobre la pila de ropa de la silla en la esquina. Tan pronto como la tuve en mis manos, regresé a mi punto de partida y apoyé los hombros en el límite del colchón.

Contemplé unos segundos la caja, e inhalando con fuerza como para que el valor se impregnara en mi torrente sanguíneo, pellizqué el papel, y maldije cuando no se arrugó bajo mis dedos. Al final, opté por romperlo con las uñas, sin dañar la caja, por fortuna.

Sintiendo un hormigueo en la boca, dejé al descubierto la caja de cartón, simple y de un color marrón plano, como era de esperarse. Percibiendo que mi pulso se había acelerado, cerré mis dedos alrededor de la tapa, y sin esperar más, la arranqué.

En medio de un mar de papel de seda, descansaba una colorida esfera de navidad, una miniatura de la ciudad que se cubría de nieve si se agitaba.

No era nada particular, algo muy común si lo pensaba con detenimiento. Una esfera cualquiera, una esfera del mercado de navidad. Y luego los recuerdos llegaron, como agua tibia acariciando mi mente, y mi cabeza se llenó de las luces, los dedos que se posaban sobre la esfera, la palma contra el vidrio; de pronto, la nieve me pareció lo más bonito del mundo.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2022 ⏰

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ᴄᴏғғᴇᴇ ♡ ғɪɴɴ ᴡᴏʟғʜᴀʀᴅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora