27- End of The Line

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¡Maldita sea Kazemaru! Te dijimos que no salieras solo

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¡Maldita sea Kazemaru! Te dijimos que no salieras solo...

-¿No pudo haber ido muy lejos... O si?

Preguntó Nagumo, el junto con Kidou, Endou y yo estábamos corriendo por el centro de la ciudad en busca de Kazemaru, dijo que sencillamente se iría porque tenía cosas que hacer, pero está claro que no, el quería encontrarse con Ishido, y es muy probable que lo haya logrado.

¿Que habrá pasado? ¿Es posible que Kazemaru este muerto ahora mismo? Ishido es capaz de todo, de absolutamente todo y no tengo dudas de que si llega a tener la oportunidad de matar a Ranmaru...

No, no debo pensar en eso... ¡Mierda! Es tan complicado, pero debo mantenerme concentrado, ya habrá tiempo para lamentarse luego si pasa algo, de momento aún tenemos posibilidades.

-Suzuno, ven aquí.

Kidou me llamó, parece que habían encontrado algo.

Los cuatro nos asomamos por la esquina, aparentemente no estaba pasando nada, las calles del centro de la ciudad estaban curiosamente vacías, esto no solía ocurrir a menudo, es decir, es el maldito centro, los comerciantes suelen abundar... Aquí había gato encerrado...

De repente un chirrido sonó a un volumen impresionante, era un auto que había frenado demasiado brusco y luego... Un maldito estruendo, esa mierda era un choque de auto seguro.

El accidente no fue ni por asomo en la vereda que estábamos revisando, la misma seguía vacía.

-El estruendo fue dos calles a la derecha, debemos apresurarnos.

Ordenó Kidou, nosotros hicimos caso sin rechistar.

-¿Estás con miedo Suzuno?

Preguntó Endou, el castaño no había hablado absolutamente nada desde que supimos que Kazemaru había desaparecido, lo que me parecía raro considerando su particular histrionismo y en ciertos momentos gran capacidad para dar ánimos a los demás.

Decidí hacer caso omiso a la pregunta, de todas maneras sentía que si decía una palabra más mi corazón saldría de mi boca, supongo que eran los nervios... O el miedo.

-¡Ahi están!

Exclamó Kidou, la escena era precisa, pero bastante atemorizante, lo que parecía ser la limusina de los Shindou, estaba echando humo por el capó, estaba abollada por delante y con los vidrios rotos.

Todo se volvió una pesadilla cuando divisé a lo que parecía ser Ranmaru tirado en el piso, intentando salir del auto con el hijo de los Shindou a cuestas... No sabía si sentirme aterrado u orgulloso por la garra que tenía mi chico, sin duda es hijo de Kyoka.

Pero lo peor estaría por llegar, un hombre salió de uno de los autos que habían rodeado la limusina, su tez se lograba distinguir morena, con un traje elegante de color rojo y un pelo crema inconfundible, sin duda alguna era el...

Ghetto 0.6 - Inazuma Eleven GODonde viven las historias. Descúbrelo ahora