Bajo el humo de una ciudad hostil, peligrosa y con pocas oportunidades, jóvenes buscarán sobrevivir, aún a costa de reprimirse totalmente, ocultando verdades que solo saldrán a la luz en su intimidad y debilidad.
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Hola de nu...
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Caminaba hacia mi casa, sabía que mañana tenía clases, pero decidí darme un paseo antes de llegar a mi hogar, de todas maneras, papá y mamá trabajaban muy duro y hasta muy tarde, no notarían jamás que estuve fuera, por lo que no había mayor inconveniente.
Ahora bien, caminaba por uno de los barrios cercanos a la cancha de fútbol, era muy cercano al lugar donde murió la madre de ese chico, el pelirrosa, sería interesante ir a ver como está el después de toda la mierda que tuvo que pasar.
Se que aveces puedo parecer frío e insensible, es mi mascara, pero si Yuuichi, o alguno de mis padres sufriera algo similar, probablemente no aguantaría mucho.
Caminando por las veredas, observando por las ventanas de las casas, me topé con la ganadora.
Dentro se podía observar el comedor, en el estaban cenando 3 personas, entre ellas el chico pelirrosa del que antes hablé: Kirino Ranmaru.
Me sorprendió que hubieran 2 adultos dentro, pensé que estaría viviendo solo.
Hice lo posible por pasar desapercibido mientras observaba y escuchaba lo que ocurría dentro de la casa.
Uno de los 2 adultos, el de cabello rojo se levantó y salio del comedor, mientras Kirino y el otro, el albino, se pusieron a conversar.
—Ranmaru, necesito preguntarte algo—
Declaró el hombre de cabellos color nieve.
—¿Que ocurre?—
Preguntó Kirino.
—¿Como te has sentido estos últimos días?—
—¿Con respecto a que?—
—Ya sabes, vivir con el tulipán y conmigo, a pesar de no ser familia ni nada por el estilo—