Capítulo 3: Primer día

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-Arabella... despierta Arabella... Vamos a llegar tarde... -se escucha susurrar en la habitación.

-¿Qué? ¿Tarde? ¿Dónde? -grita sobresaltada Arabella, que se acaba de despertar y no sabe muy bien qué está pasando.

-Soy Pansy, he venido a despertarte. Vamos a ir a desayunar ya, ¿te vienes? -le dice todavía en un tono muy bajo.

-Emm... Id yendo vosotros, enseguida os alcanzo. -le dice dándose la vuelta hacia el otro lado de la cama.

-Vale, pero no te quedes dormida, ¡que si no llegarás tarde a pociones y Snape te pillará manía! -le grita esta mientras sale por la puerta de la habitación.

-¡Descuida! Sólo voy a... a cerrar los o... ojos dos min... minutos. -le responde entre bostezos aunque ya no pueda oírla.

Pasados treinta minutos, Arabella se despierta, y al darse cuenta de la hora que es, sale corriendo al baño a cepillar su larga melena castaña lisa, que le llega casi por la cintura. Cuando termina de vestirse y peinarse, escucha que llaman a la puerta, a lo que responde que ya está terminando. Vuelven a llamar hasta en tres ocasiones más, mientras se ata los cordones y hace su mochila rápidamente. Sólo le ha llevado ocho minutos exactos, así que mira la hora que es y ve que sólo le quedan veinte minutos para desayunar, por lo que decide lavarse los dientes y desayunar en el siguiente cambio de clase. Cuando abre la puerta, se encuentra con que la persona que estaba llamando a su puerta no es Pansy, si no Draco.

-Por fin sales, he estado a punto de irme a clase.- le dice mirándola directamente con sus grandes ojos azules.

-¿Draco? ¿Qué haces tú aquí? Yo había quedado con Pansy.

-Créeme, si llego a saber que ibas a tardar tanto, te habría dejado llegar tarde.- le responde retomando el tono serio y frío de ayer.

-¿Dónde está Pansy? -pregunta todavía desconcertada.

-No lo sé, habíamos quedado aquí para bajar a desayunar como todas las mañanas a las ocho menos cinco, y dijo que iba a ver si venías con nosotros. Cuando vio que estabas durmiendo, fuimos al Gran Comedor, desayunamos, y me dijo que tenía que acercarse rápidamente a la biblioteca, y que luego tenía que ir a la clase de pociones directamente a preguntarle no sé qué cosa a Snape, y me pidió que viera si estabas bien, no te habías perdido o quedado dormida... Pero por lo que se ve, acabas de despertarte ¿no? -le explica riéndose sutilmente.

-¿Tanto se nota que me he quedado dormida?

-Muchísimo, todavía tienes baba pegada a la cara. -le comenta mientras bajan las escaleras hacia el primer sótano. Arabella se toca la cara para limpiarse los restos que le hayan podido quedar, pero, al ver que Draco se ríe suavemente, entiende que no iba en serio, y continúa bajando las escaleras.

-¿Por qué Pansy te pediría ese favor a ti?

-¡Y yo qué sé! Pero no te acostumbres, ha sido sólo porque le debía una a Pansy y porque nadie más podía. Todavía no sé porque he accedido, y por qué estoy hablando contigo de eso.

-Ah, vale.- le dice algo desconcertada.- A propósito, ¿qué nos toca después de pociones? 

-¿Todavía no has encontrado el horario? -responde riéndose.

-No, no lo he visto... ¿Estaba en la carta de admisión?

-Vaya, para ser una Granger no eres muy avispada que digamos. -dice, esperando una respuesta de su acompañante, y al solo recibir silencio, decide decirle dónde está el horario. -El horario está en el escritorio, para que puedas verlo cuando quieras.

-Gracias, Draco. -contesta cortante.

Los chicos no vuelven a hablar hasta que llegan a la sala de pociones, segundos antes de que comenzara la clase.

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