Capítulo 11: ¿Busca...qué?

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El sol acaba de salir por el este, y sus cálidos rayos atraviesan la ventana de su habitación. Como se le ha hecho habitual en estos últimos años, no es capaz de dormir más de cuatro horas seguidas, y desde que fue a por comida no ha podido descansar, así que después de que el sol iluminara su rostro sin compasión, ha decidido que ya es hora de despertarse. 

Lleva varias horas dándole vueltas a su conversación con Draco:

-¿Y si lo intentamos? -dijo el chico.

Arabella dejó en una encimera la leche y las galletas, y se frotó la cara con ambas manos antes de sentenciar:

-¿Te he dicho ya que eres insufrible, Draco Malfoy? -dijo finalmente con una sonrisa.

-No lo suficiente. -contestó Draco.

Arabella se acercó al chico para darle la mano, y este tiró de ella y le dio un abrazo. Fue algo totalmente espontáneo, y no supo muy bien como reaccionar a eso, pero decidió dejarse llevar y le devolvió el abrazo.

-Bueno, deberíamos irnos. Las cocineras podrían llegar en cualquier momento. -dijo Draco.

-De acuerdo. ¿Comemos en la sala común? -preguntó ella.

-Perfecto, no se hable más. 

Durante aproximadamente una hora, estuvieron en la sala común de Slytherin hablando y comiendo galletas. No recuerda muy bien si se quedó o no dormida, porque lo último que recuerda es estar hablando con Draco, y decirle que cerraría un momento los ojos. Lo siguiente ha sido despertarse en su habitación.

Decide que no le va a dar más vueltas, y que será un día productivo, así que se ducha, se viste, se lava los dientes, se peina y se maquilla, y en poco más de una hora está lista para comenzar el día. Son las siete y media de su primer domingo en el colegio, y decide que va a ir a desayunar sola.

No hay muchos estudiantes por allí a esas horas, por no decir que no hay ninguno, pero eso no le importa. Llega al gran comedor y ve que sólo hay dos personas sentadas en la mesa Slytherin, así que se acerca al que está más cerca suyo para ver de quién se trata.

-Buenos días, ¿me puedo sentar aquí?  

-Buenos días. ¿Eres Arabella, no? La hermana de Hermione Granger.

-Sí, aunque no me gusta que me identifiquen por mi hermana. Mejor llámame sólo Granger, o Arabella. -contesta la chica.

-Por supuesto. Por cierto, soy Marcus Flint. -se presenta el chico, quien extiende la mano para saludarla.

-Marcus, ¿sabes que a ti te estaba buscando? -dice mientras le estrecha la mano.

-¿A mí? -pregunta confuso.

-¿No eres tú el capitán del equipo de quidditch de Slytherin?

-Sí, el mismo.

-Entonces estoy en lo correcto. Verás, quiero ser cazadora del equipo.

-¿Tienes experiencia como cazadora? -pregunta Flint, dudoso.

-Sí, en Beauxbatons fui la mejor cazadora de mi año y capitana del equipo de mi casa. Además, soy muy apasionada, y aprendo rápido.

-Bien, te veré a las doce en punto de hoy para hacerte la prueba. Llévate tu escoba, y la ropa que usaras en tu antiguo colegio. Nos vemos allí, Granger.

-¡Flint, espera! Necesito pedirte un último favor. -le grita Arabella.

-Explícate. 

-¿Puedo encargarte una sudadera?

La magia de los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora