— Quisiera devolver el tiempo y evitar muchas cosas. — reflexionó Kurapika mientras corría siguiendo a Kenya que curiosamente era más rápida que él — Pero aunque lo hiciera, no podría asegurar que otras opciones te salvaran.
— Talvez hubiera sido mejor que nunca me rescataras de ese laboratorio. — cruzó ese pensamiento por tu mente al mismo tiempo que él, ambos sabían que el tiempo se acababa, que muchos inocentes murieron por culpa de querer salvarse, a cambio de todo eso, York quedaría hecha cenizas sin remedio — Después de todo, yo pertenezco a KENYA.
— ¿Qué haces aquí, K-005? — Interrogó T-70 con la cuenta regresiva de su cuello en 01:40 minutos.
— Lo sabías, y no dijiste nada, sabías que todos morirían. — reclamaste materializado en tu mano una gran energía, pero a T-70 no le interesaba subir la guardia a lo inevitable.
— No pensé que lo deducirían tan pronto, era mejor que corrieran mientras se juraban esperanzados creyendo que vivirían. Además, yo no tenía el control sobre lo que está en mi cuerpo, Ashtah debió activarlo antes de irse.
— ¿Porqué me diste esto entonces? — sacaste de un bolsillo una especie de cuadro dorado de finas escrituras que te entregó antes de dejarlos ir.
— Es un dispositivo que proteje a los miembros de KENYA del efecto de la bomba, todos los socios tienen uno. Mientras lo lleves contigo estarás bien, pero sólo proteje al portador. Si te decía eso, no lo aceptarías.
— Entonces Kurapika y Kenya...
— Iban a morir. — afirmó T-70 cerrando sus ojos, al final terminó diciendo lo que no quería.
— No tiene sentido vivir si ellos mueren, talvez tú no lo entiendes, pero aunque sea lo último que haga, prefiero que ellos vivan sin mí. — dirigiste tu mano hacia el cuello de T-70, ya le habías desintegrado parte de los brazos antes, así que no le importaba morir por tu mano — Destruyamos a los últimos proyectos de KENYA. Tú y yo. — el rojo escarlata era asombrosamente radiante en tus ojos, lista para el final activaste tu hatsu destructivo sabiendo que lo que harías podría ser mucho peor que la bomba misma — ¡BLACK HOLE!
Una segunda habilidad especialista provocó una enceguecedora luz que iluminó todo el lugar y después lo sumió en profunda obscuridad, un segundo antes de que T-70 detonara se llevó contigo el último recurso que tenías planeado usar en Kim Tao.
Los planes habían cambiado. Kurapika y Kenya lograron llegar un par de segundos antes, ni siquiera tuvieron el tiempo de reaccionar, cruzaste miradas con ellos cuando ya había comenzado.
Y esta podría ser la extinción definitiva del clan Kurta.
Un helicóptero había llegado a mitad de la montaña, Leorio lo observó todo el tiempo, un hombre seguido de algunos soldados abordaba y después ascendían para irse lejos.
El doctor no dudó en llamar a Gon y Killua por radio para advertirles de aquella nave.
— Estamos un poco ocupados en este momento, hay algo aquí que deberías venir a ver. — Informó Killua con un tono de voz angustiado.
— ¿Encontraron a Kurapika? — demandó Leorio, puesto que era lo más importante para él.
— No... es difícil de explicar. — contestó el albino buscando las palabras para describir lo que presenciaba.
— Vuelvan de inmediato, si no está Kurapika ahí, no tiene caso estar acá, perdemos tiempo, podría estar en el helicóptero que acaba de partir. — bufó Leorio algo desesperado y con ganas de correr el mismo para alcanzar el helicóptero.
— Está bien, vamos para allá. — Killua apagó su radio y después cruzó mirada con Gon, ambos estaban desconcertados por lo que habían encontrado, aparentemente era un antiguo laboratorio, intacto y oculto en lo profundo de la montaña, aunque no había ningún ser vivo cerca, no se explicaban la razón por la que había tantos documentos con información únicamente basada sobre un espécimen.
Y sumándole a eso, cápsulas del tamaño de termos vacíos dónde probablemente se realizaron algunos experimentos humanos.
Lo más inquietante eran las fotografías tuyas en uno de los muros, y además, tenían diferentes edades en cada imagen, desde recién nacida hasta la edad anciana.
Fácilmente podría tratarse de un programa de computadora, de no ser que todas eran fotografías tomadas por una cámara instantánea. Todas ellas tomadas en el mismo periodo de tiempo.
Y cada fotografía tenía una clave escrita por detrás.
K-000, K-001, K-002... hasta llegar a una fotografía tuya cuando tenías 12 años con la clave K-005, la edad cercana en que fuiste raptada.
— ¿Es ella, verdad? — preguntó Gon tras enchinarse la piel de sus brazos refiriéndose a ti.
— Creo que... todas son ella... — como alguna película de ciencia ficción, era terrible la colección de fotos que increíblemente se parecían, ¿acaso alguien te había clonado? — Este lugar debe tener al menos 5 años sin estar activo, parece que lo que sea que trataban de hacer fracasó.
— Killua, ¡mira esto! — Gon le mostró una carpeta con tu nombre, y dentro había algunos datos sobre ti que definitivamente parecían ser importantes.
— Deberíamos llevarnos este documento para que Kurapika lo analice, no podemos quedarnos más tiempo si ellos no están aquí. — recomendó Killua guardando la carpeta. — Alguien usó algún juego de palabras para armar el nombre de Kenya en la empresa, basado inteligentemente en las letras de los socios principales, Kurapika dijo que el nombre de la empresa fue elegido por la letra principal "K". Pero no es así del todo, estamos en medio del juego de un loco. Ese loco es K.
Gon y Killua regresaron a velocidad rayo junto a Leorio para intentar detener al helicóptero que se alejaba de las montañas, el interés por el nuevo misterio de las copias de K-005 los tenía intrigados.
¿Realmente se trataba de clones tuyos? ¿simplemente eran fotografías alteradas? ¿o algo más enfermizo ocultaba Kim Tao?
— ¿Porqué tienen esas caras? — Leorio se preocupó al notar que Gon no sonreía y Killua permanecia pensativo antes de ir directo al grano con sus conclusiones.
— El verdadero nombre de la chica que rescató Kurapika es Kenya. — soltó de golpe el asesino Zoldyck y después Gon cooperó con su otra deducción.
— K-005 significa Kenya número 5... ella es un clon.
ESTÁS LEYENDO
K.E.N.Y.A
FanfictionKurapika está en una misión personal. Destruir a la corporación K.E.N.Y.A, la principal red de distribución de partes humanas raras. Durante su guerra contra los enfermos coleccionistas tú y él se conocerán ya que eres parte de la mercancía más vali...