¡La guardería de Xichen! | MDZS AU |

| YANLI INTERROGANDO |

Un incómodo silencio se formó en la sala cuando quedaron solos, YanLi lo miraba cómo si pudiese leer su alma. Xichen estaba seguro que dentro de poco comenzaría a sudar frío. En eso, Yanli preguntó.

—Joven Lan, ¿prefiere té o café?

—Una taza de té, por favor señorita Jiang

YanLi le sirvió la taza y se la entregó, tomó asiento frente a él.

—¿Qué le parece nuestro hogar?

Xichen no demoró en responder.

—Muy acogedor y bastante cálido.

YanLi asintió en aprobación.

—Joven Lan. Si estuvieran hablando mal de A-Cheng frente a usted, ¿lo defendería?

—Claro.

—¿Aún si los que hablan mal son sus cercanos? ¿Lo haría de todas maneras?

Xichen frunció un poco el ceño, ¿a dónde quería llegar?

—Por supuesto que si, se perfectamente como es Jiang Cheng.

—Y según usted, ¿cómo es?

—Jiang Cheng es...

Xichen comenzó a pensar, pensó en la primera vez que lo vio, la primera vez que conversó con él, sus encuentros en la guardería y en todas las veces que lo observó a escondidas.

—Es serio a simple vista, y parece que nada le importa y que siempre anda de mal humor, pero es todo lo contrario, bajo su fachada esconde su preocupación por sus seres querido, y siempre está al pendiente de sus necesidades. Es bondadoso, justo y un gran amigo, también un buen hermano. Es alguien que tiene cualidades de líder. Alguien a quien yo admiro. Incluso cuando es mal hablado o cuando regaña, es entretenido.

— ¿Qué es para usted?

Xichen sonrió sin mostrar los dientes, bebió un sorbo de su té y respondió.

—Un buen amigo.

— ¿Sólo eso?

Suspiró.

—Aún estoy descubriendo eso, señorita Jiang.

—Joven Lan, más le vale no hacer llorar a mi hermano.

Xichen la miró confundido.

—No piense que solo sé cocinar y hablar suave. Si veo que mi querido hermano sufre por su culpa... Lo lamentarás, Lan Xichen

El Lan tragó duro. "La mayor de los Jiang puede ser aterradora cuando quiere" pensó Xichen.

En eso, Jiang Cheng entró a la sala.

—Perdón por la demora, Jie, ¿de qué hablaban? Un gusto verte, Xichen.

—El gusto es mío.

—A-Cheng, le contaba al maestro Lan sobre las lecciones de A-Xian, pero tu podrías explicarle mejor, ¿no?

—Claro, vamos a fuera. —respondió Cheng con una sonrisa. Xichen sintió un alivio inexplicable al verlo sonreír y asintió.

Ambos salieron bajo la atenta mirada de la mayor de los Jiang. Llegaron a un pequeño patio y se sentaron, uno frente al otro.

—¿Qué tal la guardería?

—Hay niños que me desesperan. Me volveré loco con esos demonios

Jiang Cheng soltó una pequeña risa.

—¿No se supone que es una de las reglas de Gusu Lan no hablar mal de otros?

—Si viviera siguiendo al pie de la letra cada regla de Gusu, estaría muerto hace años. —respondió Xichen.