| DÍA DOCE A QUINCE |

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Martes 16 de Marzo

Después de la suspensión de ayer, secretamente, todos los pequeños querían ir a la Guardería a jugar. Y es que la sensación de hacer amigos es muy bonita, y aunque todos están en buenas familias, no hay muchos niños de su edad, lo que hace que se sientan un poco aislados y solos.

Esta vez, Jin Zixuan y Jin Guangyao fueron los que llegaron más temprano, tanto, que llegaron antes que Xichen y WangJi.

—Ge... —dijo WangJi, intrigado.

—Lo sé, es un poco inusual...

La niñera a cargo de los hermanos Jin se fue rápidamente, sin dar mucha explicación ni detalle, así que solo pudo hacer entrar a los tres pequeños. GuangYao lo saludó con una sonrisa, y WangJi se sentó cerca de la ventana, muy serio, a esperar a Wei Wuxian.

Xichen notó a Zixuan un poco extraño, y se dio cuenta de que tenía los ojos y la nariz ligeramente rojos. Se acercó preocupado.

—Zixuan, ¿Pasó algo?

El pequeño lo miró sin saber muy bien si debía o no hablar, y después de un momento de vacilación, asintió lentamente.

Xichen lo llevó a su escritorio, que estaba un poco más lejos de donde estaban los niños, para darle un poco de privacidad a Zixuan; porque a pesar de que es un poco arrogante, y hasta cortante, sigue siendo un niño, y como niño, merece ser escuchado.

—Ahora si... ¿Quieres contarme?

—Estoy molesto con mamá... —dijo, con la voz quebrada.

—¿Por qué? ¿Te hizo algo?

Zixuan negó, un pequeño sollozo salió de sus labios. Xichen frotó su espalda.

—Ma-Mamá trata mal a A-Yao. —hipó—. Y n-nos castiga si hacemos m-mucho ruido.

Xichen por fin supo de dónde venía la particular personalidad de ese pequeño.

Ah, Madame Jin, Madame Jin, ¿qué cree que hace?

—A-Yao es hijo de otra mamá, y por eso mamá no lo quiere... Pero hermano Xichen, A-Yao es bueno conmigo. —explicó el pequeño, ya más tranquilo.

—Lo sé, A-Yao siempre está al pendiente de ti.

—Si, mamá anoche lo trató feo, hizo que A-Yao llorara... al final, lloramos los dos juntos.

Xichen guaedó silencio, sin saber muy bien que decir.

Resulta que la tarde anterior Madame Jin discutió horrible con Jin Guangshan, quien había vuelto a salir a escondidas y fue pillado ayer. En su discusión, salió el tema de la madre de GuangYao, Madame Jin encaró al señor Jin, preguntándole cuándo dejaría de salir a buscar a otras mujeres, por qué trajo al niño a su casa y si pensaba traer a todos los hijos que tuviera fuera del matrimonio a vivir con él. A gritos, le dijo si pensaba tan solo un poco en su dignidad.

Uno sabe que las cosas están terribles si preguntas por dignidad y no por amor.

La familia Jin siempre ha tenido aires de grandeza, Jin Guangshan piensa que no hay nadie sobre él y que nadie merece su absoluta atención. Las mujeres son para su placer, los hombres herramientas, y los hijos... Aún no descubre para qué le pueden servir los hijos. Aparentan ser la familia perfecta, mientras que puertas adentro se ahogan en sus tormentas.

¡La guardería de Xichen! | MDZS AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora