|DÍA DIECISÉIS|

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Lunes 22 de Marzo

Para el pequeño Huaisang de cinco añitos cada día es una aventura emocionante, su hermano mayor, Nie MingJue, es un hombre muy serio pero cariñoso con él, aunque eso no le quita lo estricto a la hora de hacer tareas. A veces, a Huaisang le gusta pensar que MingJue es su papá, y de cierta forma tiene muchísimo sentido para él, pues es la única figura paterna que ha visto en su corta vida. Eso sí, ni de chiste le dice de otra forma que no sea Da Ge, al menos no en voz alta.

El fin de semana fue entretenido, su hermano mayor jugó con el a las escondidas el sábado y lo dejó pintar casi todo el día el domingo, luego le contó una historia un poco extraña sobre un niño y algo de la superación personal. En la historia, el niño debía entrenar muy duro hasta conseguir que los demás lo vean con el respeto que merecía, pero le llevó mucho tiempo y en muchas ocasiones fue tomado como un idiota. Aunque él quería escuchar cuentos de hadas, no es como si se quejara mucho cuando MingJue le contaba historias.

El sonido de la lluvia golpeando en el techo hacia que sus pocas ganas de ir a la guardería llegaran a números rojos, pero se levantó de igual manera cuando su hermano mayor mencionó la pérdida "accidental" de uno de sus abanicos pintados a mano.

-Hoy es un día muy triste en la vida de Nie Huaisang... -susurró mientras se abrochaba su chaqueta verde agua.

-¿Dijiste algo, A-Sang?

-Para nada, Da Ge.

-¿Estás seguro? -preguntó MingJue.

-Sí... No... ¡No lo sé!

MingJue soltó una suave carcajada y guardó el almuerzo de su pequeño hermano en la mochila. Cuando iban saliendo le pasó un chaleco para el agua y un paraguas verde limón, MingJue puede verse muy serio y ser muy estricto, pero nunca va a permitir que su pequeño niño sufra de alguna necesidad, tuvo suficiente con los primeros años de su infancia. Llegaron a la guardería y entraron al ver la puerta semiabierta, en el interior estaban Xichen, Jiang Cheng, WangJi y Wuxian.

-¡Wei Xiong! ¡Ji Xiong!

Wei Ying les dio una gran sonrisa y WangJi movió la cabeza en forma de saludo. Huaisang saludó a los dos adultos para ir a jugar. MingJue también se acercó.

-¿Cómo están? -les preguntó.

-Bien, gracias. ¿Y tú? -respondió Xichen.

Era tedioso usar todo el formalismo que se suponía que debían usar, más cuando tenían casi la misma edad y se conocían desde pequeños. Cuando cumplieron los 16, llegaron al acuerdo mutuo de no ser tan formales entre ellos, más que nada para hacer más amenas las conversaciones y salir de la hipocresía oculta que reinaba en las conversaciones de los viejos líderes de secta. Al estar en confianza, MingJue suspiró lentamente.

-Estuve ocupado, quizás trabaje en la estación de policía que están construyendo. De esa forma puedo seguir defendiendo la justicia sin necesidad de ser un líder de secta.

-La gente ya no nos necesita... De hecho, los clanes de cultivo menores se están deshaciendo con rapidez. -mencionó Xichen.

Jiang Cheng palmeo el hombro de MingJue y le dijo: -Ser policía no suena mal, de seguro te va bien ahí.

Xichen sonrió y miró a su amigo. -Concuerdo.

-¿A-Sang se ha portado bien? -preguntó el Nie.

-Si, no hemos tenido problemas. De todas formas, hay reunión por la tarde, así que podemos ver sus progresos ahí. -respondió el Lan.

El rostro de Jiang Cheng palideció un poco, cosa que definitivamente no pasó desapercibida para el Lan que tenía como novio. MingJue se despidió luego de prometer asistencia a la reunión y se fue no sin antes recordarle a su hermano que se porte bien. Cuando estuvieron solos nuevamente, Xichen se aseguró de que los infantes a su cargo estuvieran bien y luego se acercó al Jiang.

¡La guardería de Xichen! | MDZS AU |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora