Al llegar a nuestro sitio favorito, un pub cerca de nuestra Universidad, un poco escondido entre todas las plantas que tiene la dueña en la entrada del mismo y un tanto pequeño, pero que nos encanta, nos sentamos en nuestra mesa predilecta.
Hace unos meses, Josh y yo íbamos buscando algún sitio donde comer y no gastarnos una barbaridad de dinero, que básicamente es lo que todo el mundo se gasta si quieres salir a comer o cenar por aquí. El caso es, que vimos este sitio, que por aquel entonces no estaba totalmente cubierto por plantas trepadoras, y nos acercamos a ver qué tal. El ambiente familiar y la simpatía de la dueña, que se llama Kelly, nos encantó desde un primer momento. La comida es espectacular y, aunque el sitio en realidad es un poco cutre, nos gustó tanto desde un primer momento que se ha vuelto en nuestro pub favorito de toda la ciudad.
-¡Pero si hoy viene la pelirrojita con vosotros!-La entrada triunfal de Kelly en el salón del pub me hizo soltar una carcajada. Es la reina del drama.
-Kelly, por Dios, ¡Pero qué guapa estás!-Josh siempre tan amable y simpático como siempre.
A Anne no le cae muy bien Kelly. No solo porque le llame siempre pelirrojita, sino porque es muy exagerada siempre, y ese tipo de personas no son muy de su agrado.
-¿Qué queréis tomar, jóvenes?-Su sonrisa, eso sí, valía más que un diamante.
-A mí ponme una cerveza-Le sonreí con una mirada de complicidad. No es que sea una alcohólica, pero tengo una especie de fetiche con la cerveza. Después del café, es mi bebida favorita, y Kelly lo sabe bien.
Una vez, nos quedamos hasta las cuatro de la mañana bebiendo sin parar y tuvo que llamar a mi madre para que viniera a recogerme de lo mal que iba. Ella estaba acostumbrada a beber tanto, pero yo no lo estaba, para nada, y se notó. Hoy en día, me veo lo suficientemente fuerte como para ganarle en un concurso. Algún día se lo tengo que proponer.
Una vez nos ha traído nuestras bebidas, nos disponemos a mirar la carta, aunque no sé ni para qué. Soy de esas personas a las que les gusta probar de todo, todo lo que sea nuevo para mí, me atrae. Pero es que Kelly, que además de la dueña, es la única cocinera y camarera, hace un ramen que es de otro planeta.
Ella es de descendencia japonesa, y todo su menú está bastante basado en la comida oriental y, siempre que venimos, me como un cuenco de la mejor sopa de fideos, que me sabe a gloria bendita.
Para ser sincera, desde que venimos aquí solo he probado algo de sushi y el ramen, pero soy una chica de tradiciones, así que Kelly siempre sabe lo que quiero en cuanto entro por la puerta del local.
-Pues yo me voy a pedir hoy unas empanadillas veggies, que cuando las probé me gustaron mucho- Le dice Anne a Kelly cuando nos pregunta por nuestras elecciones.
Anne es vegetariana. Está intentando ser vegana, pero hay cosas de las que no puede prescindir, como el queso o los huevos, así que intenta tomar la menor cantidad de estos dentro de lo posible.
-Perfecto pelirrojita, ¿Y tú, Josh?- Ver la cara de amargura de Anne cuando la jefa del bar le pronuncia su apodo hace que suelte una risita.
-Pues yo hoy quiero arroz tres delicias, que te sale espectacular.
-Y que lo digas- Josh sabe cómo hacer felices a las personas con solo pronunciar dos palabras, y si encima es alagando su comida, apaga y vámonos.
-Yo ya sabes lo que quiero- Le dije a Kelly, que ya casi se estaba marchando de la mesa hacia la cocina para ejecutar la comanda. No hacía falta ni que le dijera lo que quería. Qué predecible soy.
-¿Algún cotilleo nuevo?- La pregunta de Anne iba dirigida a Josh. Es el rey del drama y por consecuente, el rey de los cotilleos.
-Yo tengo uno- Dije antes de que Josh pudiese abrir la boca. Ambos se quedaron algo impactados por mi afirmación. No suelen gustarme los cotilleos ni hablar de la gente a sus espaldas, así que normalmente me quedo al margen de esas conversaciones.- Nos han invitado a los tres a la fiesta de Halloween del chico por el que Josh lleva babeando todo el cuatrimestre- Chasqueé la lengua con superioridad apoyándome en el sofá en el que estábamos sentados mientras veía las reacciones de mis amigos.
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La chica de las poesías
Roman d'amourCuando parecía que su vida monótona y anclada a pensamientos e historias pasadas no podía cambiar, un poema y unos ojos miel hacen nacer la esperanza en el corazón de Iris. Desde ese momento, nada ni nadie va a pararla. Arreglar su pasado, para salv...