Capítulo 28

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El lunes por la tarde, Dae se encontraba hablando por teléfono con MinSeok, tratando de decidir si quería salir a cenar o tener invitados en casa. Miró la mesa del comedor y se rascó el mentón.

—¿Crees que podemos encajar a tanta gente aquí?

—¿Diez? Sí, creo que podemos meterlos. Los adultos en el comedor, y si no caben todos, haré que SungMin coma con los otros niños en la mesa de café.

Dae se acercó a la nueva mesa que MinSeok había comprado hacia un par de semanas y aceptó.

—De acuerdo. Eso podría funcionar. ¿Qué hay de la comida y las bebidas? ¿Necesitas que vaya a recoger provisiones?

—Irene me aseguró que se está ocupando del postre y Yesung trae la comida. Si quieres ir a buscar las bebidas, no puedo pensar en nadie más cualificado.

Dae miró a su reloj y preguntó:

—¿A qué hora viene todo el mundo?

—¿Estamos pensando sobre las siete u ocho? ¿Qué te parece?

Dae se rió.

—Estoy bien en cualquier momento.

—Estoy definitivamente de acuerdo con eso —le dijo MinSeok, su voz descendiendo hasta que se sintió como una suave caricia sobre su piel—. Eres bueno para la mañana, el mediodía y la noche.

—Sí, sí. Saca tu mente de mis pantalones. Tendré todo listo a las siete. Puedes decidir la hora, pero, ¿MinSeok?

—¿Sí?

—Déjate una hora libre, ¿de acuerdo?

—¿Para qué?

Dae entró al dormitorio para agarrar su billetera y poder ir a la licorería.

—Hoy he estado un poco rígido. Quizá necesite tu ayuda para prepararme.

—¿De veraz? En ese caso estaré allí a las cinco y media y ni un minuto después.

—Creo que es más que tiempo suficiente —bromeó.

—Confía en mí. Nunca hay tiempo suficiente para eso.

—¿Nos vemos a las cinco y media, entonces?

—Sí —prometió MinSeok.

—Cuelga el teléfono, MinSeok.

—Cuelga tú.

—Me voy. Adiós.

—Adiós.

Dae se rió y sintió una estúpida sonrisa estirando sus labios mientras colgaba y metía el teléfono en su bolsillo trasero. Vale, puedo hacerlo, pensó mientras miraba alrededor de la habitación. Una noche con la familia de MinSeok no era algo que lo estresara. Pero la idea de ver a Irene lo estaba poniendo ansioso.

Solo necesitaba acabar con esto, hablar con ella, asegurarse de que supiera que estaba bien, y entonces todo podría volver a la normalidad. ¿Verdad? Tomó su abrigo del perchero y salió por la puerta para comprar algunos de sus hombres (Se refiere a algunos nombres de las bebidas que son masculinos. Jack Daniel, Johnnie Walker, etc.) favoritos y de los de MinSeok...

oye —llamó MinSeok cuando SungMin caminó por delante de su oficina.

Se detuvo y metió su rubia cabeza por la puerta, con las cejas levantadas.

—¿A las ocho esta noche?

SungMin miró su reloj y entró.

—A las ocho. ¿Seguro que está preparado para esto después del viaje? Si no lo está, podemos esperar y hacerlo la próxima semana.

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