Hablando de problemas

14 1 0
                                    

Capítulo 13

Hablando de problemas.

Betsabé

Realmente no sé cuánto tiempo pasó desde que pude recuperar algo de movimiento, no es gran cosa, pero es mejor que nada, me siento menos vulnerable ahora que mis músculos obedecen a mi cerebro. Sin embargo, fuerzas es lo que menos tengo ahora. En algún momento, me habían trasladado de la habitación horrenda y pequeña en la que estaba en un inicio, a esta especie de suite demasiado elegante que más que tranquilizarme me incomodaba. Aun así, agradezco enormemente las comodidades que esta tiene, como un baño privado en donde pude sacarme el tufo que traía encima de quién sabe cuánto tiempo.

Aunque tome una ducha bastante larga, no conseguía quitarme del todo un extraño aroma mentoso que sentía sobre mi piel, es leve pero sigue ahí como un recordatorio de algo. Tal vez por el tiempo que llevo lejos de Asher ¿Cuánto tiempo paso realmente? Nunca estuvimos separados más de unos días y dada esta situación, aunque solo haya pasado uno, podría decir que se siente como si fueran meses. La angustia lentamente comenzará a aparecer y terminará por consumirme si no consigo salir de este maldito lugar.

La puerta sonó dos veces antes de abrirse y dejar ver a la última persona que quisiera ver en estos momentos: Daryl.

-¿Descansaste princesita?-dijo en un asquerosamente burlón, sino estuviera tan débil por esa droga que me inyectaron y la falta de alimento le rompería el cuello.

Aun así no dije nada, me quedé donde estaba con la mirada baja, recordando perfectamente todo lo que hablamos con Asher respecto a este sujeto.

-Puedes hablarme ¿Sabes?-se sentó en el borde la cama, sin quitarme los ojos de encima- ¿Sabes por qué estás aquí?

Asentí suavemente y me forcé para no soltar una grosería.

-Por la cacería-murmuré a sabiendas que él podía oírme perfectamente.

-Me alegro que seas consciente de la situación, sin embargo, me temo que ese evento no se realizará pronto-por el tono de su voz, lo que menos hacía era lamentar algo.

Levante suavemente la mirada y ahí estaba, esa expresión ganadora y de superioridad que daban ganas de partirle algo por la cabeza. Sin embargo, se acercó a mí con una sonrisa que distaba mucho de ser sincera o bonita, y acarició mi cabello con más cuidado del que hubiese creído ¿Qué quería con esto? Comencé a rezar internamente para que no pretendiera que fuera o a dormir con él o dejar que me muerda, primero muerta.

-No tienes que preocuparte princesita, cuidaremos muy bien de ti hasta la cacería-susurró demasiado cerca de mi rostro- solo ten cuidado de no enfadarme, no me gustaría tener que hacerte daño, bonita.

A mí no me gusta tenerte cerca y no digo nada, por propia autopreservación pensé sin mover los labios, gracias a los dioses que no puede leer la mente como lo pintan algunos libros. Asentí lentamente sin mirarlo a los ojos, a lo que él solo sonrió como complacido por mi comportamiento y antes de irse hizo lo más cercano a una caricia áspera en mi rostro. Sostener el aliento en esos segundos, fue la cosa más difícil que hice nunca.

 Sostener el aliento en esos segundos, fue la cosa más difícil que hice nunca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sin razón del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora