Capítulo 7
El tiempo es oro
Asher
No sé bien qué hora era y tampoco me importaba, estaba rodeado cómodamente por los brazos de Basil, después de tres rondas es normal que terminemos muertos y no metafóricamente. Él tiene una habilidad increíble para levantar mi libido con un solo un par de miraditas y roces, esto de encontrar a tu pareja es más intenso de lo que esperaba, agradezco a los de arriba por no ser un lobo estaría completamente perdido.
-¿Tengo entre manos a un madrugador?-murmuró con el rostro sobre mi hombro.
-Ni de cerca, pero tengo hambre-admití esperando ver su reacción.
-Muerde tranquilo-dijo dejando al descubierto su cuello.
Ganas no me faltaban, pero ya bebí de él anoche y honestamente mi estómago pide comida no sangre en este momento.
-Tentador pero ahora necesito algo sólido-tarde un segundo en darme cuenta de lo mal que sonó eso, por lo que añadí- comida.
-Por supuesto-respondió con una risilla muy poco disimulada.
Bastardo.
Realmente no hemos hablado mucho, no más de lo necesario claro está, sé que él comprende mi situación con Bet mejor que nadie, aun así siento que le estoy pidiendo demasiado.
-Hey, ¿En qué piensas tanto?
-Basil, ¿Te estoy pidiendo demasiado? Es decir, no es fácil la situación en la que me encuentro y sabes que jamás podría abandonar a Bet, demonios ni siquiera estoy seguro de poder estar alejado físicamente demasiado tiempo yo...
Rodeo mi cintura con sus brazos y nos sentó a ambos en la cama de un solo movimiento, dejándome sobre su regazo en una posición no muy cómoda pero si reconfortante.
-Asher, escúchame bien porque no voy a repetirlo a menos que pierdas la memoria y tú y yo sabemos que eso es imposible-espero a que asintiera antes de continuar- soy plenamente consciente de lo importante que es para uno de nosotros encontrar a su alma gemela, aunque no soy uno de los afortunados aún así soy feliz de saber que tú tienes la oportunidad de tener a la tuya. Jamás te pediría que te alejes de Bet, eso puede hacerte daño y dime loco pero no quiero que mi pareja sea lastimada por algo como eso.
-¿Estas conmigo entonces? Si te quedas, créeme que no pienso dejar que huyas-me volví para verlo a los ojos- hablo realmente enserio al respecto de no dejarte huir.
-No voy a irme, y espero que entiendas eso también. Siempre estaré rondándote aun si en un futuro quieres que me vaya, no lo haré.
Ahí estaba, esas palabras, la conexión atravesando nuestros corazones, cursi pero se sentía justamente así. Me gustaría unirme por completo a él y enlazar nuestras vidas, pero hacerlo ahora sería completamente suicida, necesito comenzar a agilizar las cosas para la mudanza.
-Prepárate porque cuando estés listo, voy a reclamarte-dijo robándome las palabras completamente ¿Cómo hacía eso?
-Eso sonó muy a lobo, qué sigue ¿Vas aullarme?
-Si quieres podemos probar lo de los aullidos en el cuarto.
Me reí con ganas de aquello, ¿Cómo es que pasamos de una conversación seria a un coqueteo intenso? Lo más divertido es que seguimos en la habitación, todavía tengo hambre y debo de averiguar donde esta Bet, no la siento en la casa y es extraño. No siento nada raro respecto a mi conexión con ella, es difícil de explicar, pero sé que está bien solo que no tengo idea de dónde o por qué no llegó anoche.
ESTÁS LEYENDO
El sin razón del Amor
RomantizmEstar envueltos en un matrimonio arreglado pactado incluso antes de que pudieran pronunciar correctamente alguna palabra, lejos de terminar en un romance de película, se convierte en la llave que ambos necesitan para salirse del control de sus respe...