The Night We Met (Volume 0) 🅴

He.

La gravedad me mantiene aquí, en el suelo, la gravedad hace que pese más, sé que en la luna pesaría menos, pero aun así no tendría el peso perfecto, porque allí habría un nuevo peso perfecto, nunca tendré el cuerpo que quiero, nunca seré suficiente, nunca serán suficientes los kilos que baje, nunca será. Ahora todos se preguntan porque sufro de esto, porque estoy tan mal como para decidir vomitar todo lo que como, las pocas veces que decido comer, mis padres se preguntan porque lo hago, mis amigos se sienten mal por no darse cuenta de lo que hacía hasta ahora, y también se preguntan que me llevo a hacerlo, todos se preguntan y se echan culpa los unos a los otros, porque saben que todos tienen culpa, ellos y yo, todos, esto no es algo que ocurrió de un día a otro sin más, sin advertencias, las hubo, claro que las hubo, pero decidieron cerrar los ojos e ignorarlo, ahora todos son víctimas, cuando es obvio que todos son victimarios.

Ahora la comida es como veneno del que tengo que alejarme, porque me hace daño, porque no me veo bien comiendo, porque un solo rollito en mi cintura me hace ver horrible, porque cada vez que me miro en el espejo no hago más que darme asco, veo mi estómago un poco abultado y sé que tiempo de volver a dejar de comer, no puedo mirar mis brazos sin sentir que son enorme, que están flácidos, al igual que mis piernas, porque son enormes y asquerosas, me da asco mirarme, me da temor que otros me miren, uso playeras largas para tapar mis brazos, uso playeras holgadas para ocultar mi gordura con estas, casi siempre me verán completamente tapado, porque me da asco mi cuerpo gordo, porque siempre esta así, nunca adelgazo, el espejo me lo dice, me dice que soy gordo, me dice que doy asco, que las personas me miraran y me juzgaran por las lonjas que se forman cuando me siento, las miro y me doy pena, porque soy un monstruo que no puede dejar de engordar, porque la gente gorda no está bien, todos me dijeron eso.

Cuando era niño era un poco más gordito; un día, estaba en la mesa del comedor almorzando junto a mi familia y nadie paraba de decirme lo horrible que era.

Isaac deberías dejar de comer tanto—mi madre jalaba el plato que tenía frente a mí—Vas a engordar al igual que tu tía y ni quien te vaya a querer. Estas demasiado cachetón.

Solo déjame terminar de comer—le dije parándome de mi asiento con cuidado de que no se enojase—.Esto es lo que tú me serviste.

Pero ya me di cuenta que es demasiado, estas muy gordo—no tenía sobrepeso, ni obesidad, solo estaba un poco gordo, de eso me di cuenta ahora que veo las fotos, no tenía problemas de salud, de echo el doctor al que me llevaba la abuela me decía que estaba en mi peso correcto.

¿Pero cómo creerle a un doctor cuando todo el mundo se la pasa diciéndote que estas mal? Todos en mi casa me lo decían cada vez que quería comer algo, cada vez que decidía comer algo dulce recibía reproches por parte de todos, y a veces eran cosas peores, hacían burlas "inocentes" diciéndome que iba a estallar por tanta comida, que por comer así es que estaba gordo, que iba a terminar saliendo rodando. En esos momentos todos se creían doctores, o por lo menos nutriólogos expertos, siempre que quería comer todos eran expertos en nutrición, todos me daban "consejos" para estar bien, todos sabían cómo funcionaba mi organismo, todos sabían de fisiología y formas de cuerpo, pero sus consejos básicamente siempre eran que dejara de comer, que me moviera porque era un ser asqueroso que no hacia ejercicio, aunque si lo hacía, en la escuela y cuando estaba con uno de mis amigos, pero como ellos no lo veían y no me veían totalmente marcado y lleno de músculos pues decidían que el ejercicio no era suficiente y que yo era un ser gordo y despreciable.