She.

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Ahora todo parece tan oscuro, todo lo que anhelaba parece tan lejano, es como una nube que se va alejando por el viento que la empuja

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Ahora todo parece tan oscuro, todo lo que anhelaba parece tan lejano, es como una nube que se va alejando por el viento que la empuja. Ahora todo es negro, no solo la ropa que todos usan, también lo es su corazón y su mente, lo es mi espíritu, se ha ido a lo más profundo de este abismo para luego partirse en miles de pedazos. Pensé que estaría bien, creí que lo estaría, ellos me dijeron que lo estaría, que lo lograría, me dieron falsas esperanzas, me dieron la felicidad pero se quebró muy rápido, sin darnos cuenta estábamos en un auto a toda velocidad que se estrelló violentamente contra la tristeza.

El consultorio del doctor era frío e irradiaba tristeza al entrar a él, mi abrigo abotonado hasta el cuello mientras la abrazaba, sintiendo su tersa piel repasando las facciones de su cara una y otra tratando de memorizarla. La blanca luz del consultorio me lastimaba la vista, trataba de calmarme, de no mostrar que estaba asustada, solo miraba los frascos con medicamentos de las repisas, él tomaba una de mis manos dándome la valentía que necesitaba, yo solo rezaba, no paraba de rezar por ella, porque estaba desesperada, porque tenía fe, porque eso hacen las personas que temen, yo también rezaba, le rogaba a Jesús que todo estuviera bien, le rogaba que ella se quedara, le rogaba que se pusiera mejor, me decía que pronto estaría mejor, una y otra vez, ella estará bien, te pondrás bien, te pondrás bien, lo hará.

Al salir del consultorio, con el cuerpo quebrado y la cara hinchada, decido que no quiero mostrarlo, las enfermeras pasan y la acarician, ellas sonríen, le tocan las mejillas, ha pasado un tiempo aquí y ya todas la aman, no las culpo, quien podría no amar ese pequeña y hermosa carita, esa carita que amé desde el primer día que la conocí, era tan pequeña que cabría en cualquier caja de zapatos, estaba desprotegida, era vulnerable a todo y quería cuidarla, quería amarla durante toda mi vida y cuidarla de cualquier cosa que pudiera hacerle daño, la había estado esperando, la esperaba. Todos preguntan como está y solo sonrío ocultando la información, ellas entienden y su cara de felicidad se convierte en una de desilusión en poco tiempo, poco a poco se van yendo, se alejan, algunas me abrazan, otras solo se van y ocultan sus lágrimas. Finjo que no es real, que toda esta bien, pero no es así, las nubes negras cubren el cielo apagando el día, el sonido de la tormenta resuena en toda la ciudad, yo solo la sigo mirando mientras aun puedo hacerlo, no puedo dejar de mirarla, porque no quiero olvidarla, no quiero no poder recordar su cara, es a lo que más temo, a olvidarla, a que mi cerebro la quiera borrar, no quiero olvidar; y de repente las nubes caen en forma de enormes gotas de lluvia, el cielo truena, la gente viene y va escondiéndose de la lluvia, el cielo completamente negro choca entre si creando sonidos de temor, el cielo se cae, el mundo explota mientras la acaricio, mientras la veo, ella por fin se va, y yo muero.





En la oscura noche cuando todos se encuentran dormidos tengo tantos pensamientos, no puedo dormir; espero mientras sigo pensando en que haré después para cuando el sol los despierte a todos, no tengo un porqué para levantarme, no tengo nada que me haga querer seguir, ahora todo es más oscuro, ahora todo es oscuro, espero mientras la soledad me consume, giro el cuerpo en búsqueda de mi esposo, pero él no está, se fue al poco tiempo de la partida de ella, decidió que no quería soportar a una madre dolida, decidió que ya no podía, decidió por ambos que esto no estaba bien, decidió abandonarme cuando más necesitaba de alguien, el solo decidió y se fue. La cama es fría y solitaria sin él, cada noche me culpo por su partida, pero yo no puedo pensar en nada más que no sea ella, fue demasiado egoísta en querer mi atención solo porque ella no estaba, yo sé que a él le dolía, pero no puede compararse el dolor.

The Night We Met (Volume 0) 🅴Where stories live. Discover now