En un viaje a París...

Capítulo III

Abrí mis ojos lentamente...

Jake dio un gran suspiro de alivio, me miró con cara de preocupación y después tomó dulcemente mis manos, me sentó y me dio un fuerte abrazo.

-¡Estás bien...! no sabes cuánto lo siento...-dijo susurrando mientras que me seguía abrazando.

-¿Qué paso?-pregunté sintiendo un fuerte dolor en el estómago.

-Cinco personas estaban disparándoles a los pasajeros en el avión.-respondió.

- ¡¿Por qué?!-pregunté con tono alarmante.

-Dicen que fue porque uno de los pasajeros transportaba una memoria con un documento muy importante, el documento tiene una información ilegal pero, introdujeron códigos en el como para imprimir siete millones de pacas de billete. La persona que lo transportaba lo robó y ellos fueron a recuperarlo a la fuerza, matando a cualquier pasajero para no dejar testigos.-explicó.

-¡Oh por Dios! Y... ¡¿Cómo seguimos vivos?!- Pregunté alarmada.

-Pues, el piloto informó que éramos atacados y cinco minutos después vino un helicóptero de rescate. Yo te arrastre ya que te desmayaste porque te rosaron con una bala en el estómago, se te hiso una herida pero los doctores dijeron que no era grave, solo tejido, entonces corrí hacia el baño y nos rescataron...Solo sobrevivieron nueve personas. Tres están a salvo, dos heridos y cuatro están graves en el hospital.-respondió nuevamente.

-Y... ¿Cuántas personas eran?- pregunté con tristeza.

-Cuarenta y tres personas.-afirmó.

Yo no lo podía creer. ¿A qué clase de personas le pasan estas cosas? Primero, te vas sola con tu hermano a parís, te roban la billetera, atacan a balas tu avión y...

-Oye, ¿Dónde estamos?-Pregunté.

-En un hotel.-Respondió.

-Ya va, ¿En un hotel? No me digas que...-

-Sí hermana, estamos en parís.-interrumpió Jake. Esta vez cambió su cara de serio, la felicidad se marcaba en su rostro produciendo una leve sonrisa.

-¡Qué!-exclamé. De repente olvidé todo y me centré en parís. No lo podía creer.- ¡¿Pero qué sucedió?! ¿Qué dijeron nuestros padres?-dije alarmada.

-No lo saben. Pensaron que nuestro vuelo era el anterior, así que... Podemos hacer como si nada.-respondió.

Estaba muy emocionada, pero aún preocupada por lo que paso...iba estar un mes en parís con mi hermano. ¡Que emoción!

Vi a mi alrededor... el cuarto de hotel era gigante, tenía dos camas matrimoniales, cocina privada, dos baños, dos televisores de alta resolución... En resumen, era hermosa.

Mi hermano se fue a bañar. Yo mientras tanto miraba por la ventana.

Tres minutos después, veo que está pasando un Ferrari color plata. ¡Woo! valla el dinero que debe tener esa persona.

-Cam, tengo hambre, ¿Quieres ir a comer algo?-preguntó Jake.

-Pues... sí, está bien, ¡vamos!-respondí.

...

Caminábamos a las ocho de la noche en París, en busca de comida.

-¡¡Vamos ahí!!- grité con tono de niña.

-Está bien, entremos.- Contestó mientras me abría la puerta del restaurante.

-Mesa para dos por favor.- Pidió Jake. La mesera lo vio y se ruborizó en seguida.

-A-ah sí, por aquí.- La seguimos.

-Hermano, como que le gustaste a la mesera- Le susurré. Jake rio disimuladamente.

Nos sentamos, pedimos un combo liguero (ya que es tarde) y empezamos a hablar de tonterías.

-Entonces, ¿Qué le dice una roca a otra roca?-Me preguntó torpemente.

-Eh...no sé.-contesté.

-La vida es dura.-dijo mirándome con una sonrisa estúpida.

-Es lo más idiota que he escuchado.- pero, la risa era imposible de contener con la cara que ponía jake.

-Oye, teníamos años que no comíamos y hablábamos al mismo tiempo.-añadió.

-Sí, extrañaba comer contigo- le respondí con cariño- ¿Abrazo de hermanos?-pregunté abriendo mi brazos.

-Dale pues- Jake se paró, fue hasta mí y me abrazó muy fuerte. Después aprovechó el momento y me dio un dulce beso en la mejilla.

-...Te quiero-susurró en mi oído.

...

Cuando terminamos de comer, Jake le pidió la cuenta a la mesera. La mesera llegó y me miró de arriba abajo, luego, me dirigió una vista cortante de rabia. Yo solo la ignoré.

Jake me agarró por la cintura, y salimos los dos del restaurante... caminamos más o menos una cuadra, cuando de repente, siento que alguien nos sigue.

Le hago señas a Jake. Él me mira disimuladamente, me estaba tratando de decir algo, pero... muy tarde.

El desconocido, me coloca una pistola en la cabeza y me grita;

-No te muevas.

En unos segundos se le unieron cuatro más. Jake le da un golpe en el rostro a uno para que me dejen, pero, inmediatamente otro lo sostiene y otro lo golpea.

-¡Déjenlo! ¿Por qué hacen esto?-grité. Tenía la sensación de que lagrimas caían por mis ojos.

-Revísenlos-dijo uno.

-¡No toquen a mi hermana!- gritó Jake enfurecido, tratando de liberarse de los dos hombres que lo sostenían.

-Tú cállate.-respondió el otro.

-Me presento. Soy G. El supremo, el jefe, el líder, ustedes entienden. El que tiene el cabello amarillo es Will. El de los ojos grises es Tom. El alto es Edi y el último es Ted.-Dijo con una sonrisa pervertida en su rostro.- Somos los más buscados, los homicidas y los dueños del chip Grosh.

-Aquí no hay nada-dijo Will.

-Tom, revisa- le ordenó G.

-¡No tenemos nada!-dije.

-Cállate.-Respondió G.

-Pero es la verdad.-contesté.

-No me importa. Además son testigos, de esta no salen fácil.- respondió.

-Pero ¡No tenemos dinero!-Grité.

-Tienes suerte que estoy de buenas y no quiero matar a nadie. Entonces, se tendrán que unir a nosotros.-dijo G.

¡QUE!- Reaccionamos Jake y yo al mismo tiempo.

-Vendremos mañana en la mañana a las nueve a recogerlos al Hotel. Preparen sus maletas. Nos vemos.-se fueron corriendo en un dos por tres.

Jake y yo nos vimos por un minuto. Tardamos tres para reaccionar. Estábamos entre desconcertados y asustados.

¿Íbamos a ser parte de una banda de criminales?