Sanji sudaba frio al tener a la abuela de Chopper amenazándolo con un bisturí, ya que cuando llegó la mayor le lanzó toda clase de objetos quirúrgicos punzantes, y la única opción que le quedó fue ocultarse detrás del sillón. Su secretaria le pedía disculpas ya que había intentado comunicarse con el doctor Chopper, sin embargo, la anciana fue quien contestó la llamada diciéndole que ella iría en lugar del amigo de su jefe. Cosette, al ver que la mayor no se iba a detener, juntó todo su valor interponiéndose entre los dos lo cual hizo que el ataque se detuviera.
—Mocosa, espera afuera. —habló en tono calmado.
—Lo haré, si promete no lastimarlo. —La castaña seguía en la misma posición.
—Está bien, no lo haré. —Le dio una palmada en el hombro.
—Me retiro. —Ya no veía en ella intenciones de atacar a su jefe, así que salió tranquila a ocuparse de sus deberes.
—Kureha-san... —El rubio dejó de ocultarse.
—Siéntate mocoso, necesito revisarte.
Sanji acató la orden de Kureha mientras que ella se acercó a revisarlo, con el dedo índice y el pulgar abrió el ojo izquierdo del rubio encontrándolo dilatado, además de la piel sonrojada y sudorosa eran claros signos de que el celo de Sanji iba a empezar.
—¿Tomaste algún supresor? —Recibió un asentimiento. —¿Hace qué tiempo?
—Cuarenta minutos.
—Bien ¿qué desencadenó que te pusieras en ese estado? —Con la información dada podría dar un diagnóstico certero.
Sanji le dio algunos detalles de lo ocurrido, ni siquiera él entendía cómo pudo entrar en un estado en el que no fue dueño de su cuerpo y solo actuó por mero instinto. Ahora ya no sabía cómo ver al hombre de cabello granate de nuevo al rostro sin morir de vergüenza.
—Si es de los que sueles tomar, no deberías presentar ningún síntoma. —Por el olor fuerte que aún se mantenía en la habitación, daba a entender que era un alfa dominante el que estuvo ahí. —Se sentó en el sillón libre frente a Sanji y suspiró pesado. —Seré directa. Los supresores dejaran de funcionar, la única forma que te estabilices es tener una marca de enlace. —Los ojos de Sanji se agrandaron por las palabras de Kureha. —Debes estar consciente que los supresores solo ayudan a los omegas por un corto periodo de tiempo hasta que encuentran una pareja y se enlazan, pero como estabas con el mocoso de Roronoa, yo, como tu médico personal en aquel entonces acepté brindarte medicamentos para que tu celo no llamara la atención de otros alfas, ahora la única forma es una marca, busca a alguien de tu agrado, no te digo que lo hagas con cualquiera. —Finalizó sin dar rodeos.
—Debe haber otra forma. —Escuchar esas palabras lo asustaron, debía haber otra opción.
—Lo digo por tu bien, a largo plazo los supresores no funcionarán. Tampoco tienes la certeza de que tu cuerpo no reaccione a otros alfas. —explicó la anciana con calma.
Sacó de un maletín una jeringa y le pidió al rubio que se descubriera el brazo y con cuidado lo inyectó.
—Esto te servirá por ahora, te recomiendo que te quedes en casa, puede que entres en celo pronto. —Se levantó de su puesto, recogió todos los objetos quirúrgicos y los guardó en su maletín. —Piensa bien en mis palabras. —Abandonó la habitación.
Las palabras de la mayor lo dejaron pensando, la simple idea de llevar la marca de algún alfa en su nuca lo asqueaba. No quería que alguien dominara sobre él, que le recordara tan vivazmente su género en la sociedad, donde sus únicas opciones eran procrear y ser una muñeca de adorno para su alfa.
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Destinos Enlazados |LawSan|
FanficSanji no creía en las parejas destinadas las cuales al encontrarse estarían siempre juntas, para el solo eran estúpidos cuentos infantiles. ¿Sin embargo que pasaría si encuentras a tu destinado en el momento menos esperado? 🌸 Créditos de esta bel...