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Estacionó el auto al frente de un pequeño local de ramen, lo dedujo por su llamativo letrero redondo en tonalidades rojo y verde. Se adentraron en el lugar el cual se encontraba con apenas dos personas, la barra que daba a la cocina se encontraba vacía por lo cual decidieron tomar asiento ahí.

—¿Que pedirás Sanji? —preguntó Cora-san.

—Un shoyu ramen. —respondió el rubio.

—Yo pediré un miso ramen ¿Law que pedirás?

—También un shoyu ramen. —contestó con desgano.

—Un miso ramen y dos shoyu ramen, por favor. —Solicitó al cocinero.

—¡Enseguida! —exclamó el hombre.

Sanji veía como el cocinero preparaba tres cuencos en los cuales colocaba el respectivo caldo, luego hacia lo mismo con los fideos, el cerdo, la cebolla, así como los diferentes toppings de cada ramen. Les entregó los platillos y Sanji al probar el primer bocado le supo a gloria, era algo complicado conseguir que el caldo tuviera una buena base intensa de umami, de seguro el chef se pasó horas en la cocina para perfeccionar sus platillos.

—Delicioso. —susurró.

—Me gusta venir a este lugar cuando salgo temprano del trabajo. —mencionó el mayor con alegría.

—Es un buen lugar Cora-san, la próxima vez traeré a mis amigos aquí.

Ambos se enfrascaron en una conversación larga. Sanji por momentos no prestaba atención a lo que decía el mayor debido a los sucesos de ayer, cuando Nami le contó lo sucedido a su mente vino cortos recuerdos del rostro del joven médico y las palabras que le dijo a este. No entendía como Law actuó tan natural todo el día y no moría de vergüenza como él.

—Sanji, deberías visitarme más seguido, me haces pensar que no te agrado. —Fingió indignación.

—Por supuesto que no, lo que pasa es que he estado ocupado, pero prometo visitarlo pronto. —Afirmó con seguridad.

—Es bueno escuchar eso, te paso mi numeró.

Rosinante pidió el celular de Sanji, el cual le fue entregado en sus manos, anotó su número de contacto y le devolvió el dispositivo a su dueño. Law llamó la atención de ambos al ver que solo quedaban ellos en el restaurante, pagaron la cuenta no sin antes agradecerle al cocinero por la deliciosa comida. Salieron del local para ir al vehículo de Sanji, subieron de nueva cuenta ya que el rubio ofreció llevarlos a casa, en el camino siguieron platicando hasta que llegaron a su destino en poco tiempo.

—Sanji, cuida de Law, por favor. —Hizo una corta reverencia. —Este pequeño aun necesita del cuidado de un adulto.

—¡Hey! —replicó Law.

—Seguro, Cora-san. —Rio por tal escena.

El mayor bajó del auto primero para abrir la puerta de la casa, Law bajó también del vehículo, pero en vez de irse decidió acercarse a la ventanilla del piloto. Sanji intrigado por el comportamiento del menor aplastó el botón para bajar el vidrio.

—Sanji-ya, mi respuesta a tu pregunta de ayer es que me gusta mucho tu olor, y no he dejado de pensar en el desde la primera vez que te conocí. —confesó con un ligero rubor en sus mejillas.

—¿Que cojones?

—Ten cuidado al regresar. —Tan rápido como pudo escapó de la mirada del rubio.

Estaba muy sorprendido por tal confesión que le costó unos segundos girar el switch para encender el auto, cuando lo logró piso el acelerador alejándose del sitio. Por el retrovisor miró que su rostro estaba rojo y su corazón latía con rapidez.

Destinos Enlazados |LawSan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora