Sanji no creía en las parejas destinadas las cuales al encontrarse estarían siempre juntas, para el solo eran estúpidos cuentos infantiles. ¿Sin embargo que pasaría si encuentras a tu destinado en el momento menos esperado?
🌸 Créditos de esta bel...
El incesante pitido de una alarma despertó a Rosinante, pensando que era su despertador se dispuso a apagarlo, pero al querer hacerlo notó que el suyo estaba programado para sonar en una hora, se levantó de la cama siguiendo el ruido y este lo llevó a la habitación de su sobrino. Abrió la puerta y para su sorpresa él se encontraba aún dormido, realmente no era algo típico de Law, él siempre era responsable y no tenía la necesidad de recordarle las cosas. La opción que optó fue por moverlo ligeramente logrando despertarlo enseguida.
—Law ¿no tienes trabajo hoy?
—¿Trabajo? —habló somnoliento, no entendía que hacía Cora-san en su habitación.
—Será mejor que te alistes si no quieres llegar tarde.
Rosinante salió de la habitación dejándolo solo, retiró las sabanas y se levantó de la cama con dirección al baño para asearse. Después buscó un pantalón vaquero azul y una camiseta negra sin estampado. Bajó hacia el comedor donde su tío lo esperaba con unos onigiris y una taza de café cargado, mientras que él tenía dos sándwiches acompañados de la misma bebida. Ambos se dispusieron a comer en silencio, aunque Law tenía curiosidad por lo sucedido el día anterior.
—Cora-san, lo de ayer... —No sabía cómo abordar el tema.
—Te sorprendiste ¿cierto? Aunque también Sanji se sorprendió, al principio no me reconoció, tuve que recurrir a una vieja foto. —Recordó con exactitud como este no le dirigía la mirada al principio, pues en esta se veía el profundo fastidio que le causaba dirigirse a otras personas y solo cambió al reconocerlo.
—Entiendo... a mí tampoco me reconoció. Yo tampoco reconocería a un niño de 8 años con el que apenas conviví 2 semanas. —Una ligera sonrisa amarga apareció.
—En realidad lo conociste a los 9 años. —Bebió un sorbo de café, a la vez que ojeaba el periódico en la sección de deportes.
—Error de cálculo. —Su mirada se posó la taza de café. — ¿Él volverá?
—¿Qué sucede Law?, ¿te incomoda que regrese? —Bajó el periódico para ver a su sobrino, este tenía la mirada perdida.
—¿Eh? Claro que no... —Para él sería extraño tenerlo cerca. No entendía las sensaciones que había tenido el día anterior y la presencia del rubio llegaba a confundirlo.
Dejaron el tema apartado para conversar de otras cosas, por suerte les daba tiempo antes de que el joven de cabello negro fuera a su trabajo. Unos minutos después, Rosinante estaba despidiendo a su sobrino que tomó rumbo a la escuela donde trabajaba. Y se dispuso a preparar todo para él también dirigirse a su trabajo. De pronto, algo llamó su atención, se acercó a la sala precisamente al mueble grande y notó que faltaba un cojín lo cual le pareció inusual, sin embargo, no podía quedarse quieto averiguando el misterio, se dirigió rumbo al segundo piso. Cuando pasó nuevamente por la habitación de Law, aquel cojín resaltaba sobre la cama, tan solo pasaron unos segundos hasta que al fin captó las cosas.
Esa acción lo dejó un poco desconcertado, seguramente Law estaba reaccionando al aroma de su destinado, aunque este no tenía idea, apenas era un alfa joven y no había tenido parejas para adquirir experiencia en los llamados lazos.
—Espero que se dé cuenta pronto.
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