8.- Duélete carnero que hay fiesta en el pueblo.

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O como no celebrar un cumpleaños

— No

— ya le dije que sí.

— pues dile que no.

— no puedo hacer eso.

— Si puedes, solo ve y dile que no.

— Pero no quiero decirle que no. Es mi casa, y digo que sí.

— ¡Jade!

— ¡Que sí!

— También es mi casa, de hecho de no ser por mí no tendrías casa.

— De no ser por mí tampoco vivirás aquí— punto muerto, es la tercera vez que llegamos a este punto de la conversación y Jade sigue sin escuchar lo que digo.

— no me estas escuchando.

— oh, claro que te escucho pero lo que dices no me interesa— quiero ahorcarlo, o darle una bofetada. Mejor las dos cosas— la casa es muy grande, una habitación no es nada— me froto el puente de la nariz con los dedos.

— voy a hablar despacio para que lo entiendas: El problema no es la habitación— por una vez, no abre la boca para hablar— el problema es que estas queriendo que el arcángel de la muerte se quede en la misma casa que yo, y que tú.

— ¿y qué?

— ¿Te recuerdo que él quiere llevarse tu alma?- Jade pone los ojos en blanco— es un asunto serio, no algo que solo puedes decidir por tu cuenta.

— tú también quieres llevarte mi alma y hemos vivido bajo el mismo techo por meses, compartimos la misma oficina y aquí sigo. No veo porque sería diferente— y aquí vamos de nuevo. Cierro los ojos y suspiro— no va a matarme porque dijo que tenía prohibido hacerlo, tú también dijiste eso.

— sí, él no lo hará, claro que no. pero también tiene poderes, y no dudes que los usara para que de algún modo te mueras.

— Pff, suena ridículo— pero veo la duda en su mirada. Bien, es un buen comienzo— Azrael no tiene donde quedarse, no puedo solo dejar que se quede en la calle.

— Que regrese al cielo— él sí que puede regresar, no es un exiliado— o a donde quiera que vaya cuando no está aquí.

— si no quieres que se quede en la casa entonces consíguele un lugar.

— ¿ah? ¿Yo? ¡A mí ni siquiera me interesa lo que pase con él! que se consiga una caja de cartón y periódico y duerma en un parque.

— tú eres el que no lo quiere en casa— ¿Cómo hacen los humanos para no asesinar a alguien cuando les hace perder la paciencia? No tener poderes debe ayudarles, porque yo quiero pulverizar a Jade— además tengo todo controlado, tengo un plan.

— Tus planes son un asco— él frunce el ceño, pero le interrumpo antes de que hable— pero haz lo que quieras, ya no quiero discutir esto, si mueres ya no será porque no te lo advertí— después de esto entiendo la frase "Necesitar un trago", iré al bar.

— espera ¿vas a dejar que me mate?

— En vista de que eso es lo que quieres— me encojo de hombros. Jade se mueve tan rápido que casi parece haber aparecido en la puerta.

— yo no quiero que me mate.

— eso es lo que parece. Apártate.

— ¿Vas a irte? ¿Solo así?

— No me gusta tener discusiones sin sentido— hago un gran esfuerzo por no empujarle o enviarle al centro del océano. Tiene los labios tan apretados que se le están poniendo blancos.

Como un demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora