CAPÍTULO 32

26 5 0
                                    

Por fin era el día, después de tanto tiempo esperando, por fin llegaba la noche de acción de gracias. Habíamos decidido hacer una cena en vez de una comida, pero por respeto, mamá decidió que la hora sería a las siete. Mamá me levantó aquel día con mucha energía, y preparamos toda la casa. Estaba nerviosa, era su primera fiesta festiva después de diecisiete años. Fiona nos habló de guardarlo todo y preparar la mesa, así que nos dedicamos toda la mañana a limpiar la casa. Ella fue al supermercado a comprar toda la comida, y volvió hasta con un jamón que había encargado unos días antes. Después de poner la mesa, empezamos con la comida. Yo me puse con la tortilla de patatas, y Mike preparó la bechamel para las croquetas. Mi madre había conseguido toda una delicatessen española, así que los vecinos comerían todo lo que querían. A la media hora cambiamos turnos, me puse a freír las croquetas, mientras mi hermano cortaba el queso y lo ponía en platos. Los primeros en llegar fueron Diego y su hija. Nos ayudaron a terminar, todo y pusieron la comida en la mesa. Mike puso el partido de fútbol Panthers vs Cardinals, y entonces Diego ayudó a cortar el jamón a mi madre. Por lo que nos contaron, Diego había estado en España, de hecho, era de antepasados españoles, así que toda esa comida ya la había probado antes. Eso hizo que mi madre se sintiera mas comoda, pues no sabía si el sabor les iba a gustar a sus amigos. Cuando tocaron las cuatro y media llegaron los demás, y me fui directa a mi habitación, no sin antes darle un beso a Caleb. Me puse un vestido de satén que me había comprado días antes, y baje de nuevo. Mi novio no paró de mirarme desde que baje las escaleras, y me tomó la mano al final de ellas, dándome otro beso, pero esta vez profundizando un poco.

—Deja de mirarla de esa manera Foster, creo que ya las has visualizado suficiente. —dijo Diego.

—Dejalos, no hacen daño a nadie. —contestó mi madre en mi favor.

—Sé que no soy nadie para decirte esto, pero como le hagas daño te las vas a ver conmigo, que te quede claro.

—Si señor Díaz. — le contestó Caleb.

—Oh, por favor, dejad de ser de esta manera, no va a pasar nada. —Solté esta vez.

—venga chicos a comer. Os cuento un poco que hay. Tortilla de patata, hecha por nuestra mejor chef Elizabeth Romero. —empezó mi madre. — las croquetas, tenemos de jamón, pollo y calamar. No probaréis nada mejor, esta vez Michael Romero es el autor. Tenemos pinchos, patatas bravas, calamares a la romana, jamón de bellota y queso manchego. Aceitunas y pan con tomate. De bebida, mosto y vino. —termino mi madre.

—Nosotros hemos traído tarta de chocolate. —dijo Kate.

—Venga a la mesa, empezad a comer. —dijo mi madre, entonces me fije como Kate y Will nos miraban extraño.

—¿No vais a bendecir la mesa?—dijo Will.

—Nunca lo hacemos, nose porque deberíamos de hacerlo. —dijo mi madre, a la vez que nos miraba a mi y a mi hermano como buscando soporte.

—Tenemos tradición de hacerlo para acción de gracias. —y entonces Will empezó a bendecir la mesa. Entonces empezamos a comer.

Me puse calamares y pan con tomate, que era de lo mejor que había en la mesa, No sobró nada de comida. y al final los Cardinals ganaron el partido.

—Como nueva tradición, hora de los regalos.

—Yo los tengo en mi habitación, ahora vengo. —Dije.

Había guardado los regalos debajo de la cama, cogí las cosas, y cogí la caja otra vez. A mi padre le hubiera gustado estar aquí este día. Dejé la caja encima de la cómoda, y me volví abajo. Le di mi regalo a Mike.

—Me encanta muchas gracias, peque. —me dijo.

—Espero que te la pongas mucho. — y entonces mi madre sacó las entradas para un partido de los 49ers, para verlo en San Francisco. Mi hermano se puso muy contento, y nos abrazo. Le di mi regalo a solas a Caleb.

—Espero que te guste. —entonces lo abrió y sacó un cuadro de fotos con una foto nuestra, luego una camiseta de los Eagles, y por último unas chocolatinas. Dentro también había una carta, le dije que la abriera cuando estuviera solo, y entonces me acerque a su oreja. —el resto del regalo lo llevo puesto.

—Me encanta ese vestido, que lo sepas.

—No solo el vestido, amor.

—Ya se por donde vas. —y seguidamente me empuja contra la puerta, y me besa, pero como siempre, Mike nos interrumpe.

—No os corteis por mi. —le cuenta Mike y se fue

—Ahora mi regalo, cariño. —abrí su regalo, era una pulsera de plata preciosa, sencilla, una que había visto en el centro comercial y se lo conté a Jo, se habría chivado. Luego sacó una sudadera del equipo del instituto, con su número y nombre detrás, y unas entradas para ver un juego de la universidad donde tenía pensado asistir. —me encanta, muchas gracias.

—Ve a dejar las cosas arriba si quieres. —me dio un beso en la mejilla y se fue al salon

Al llegar a mi habitación, cuando deje las cosas, hice un movimiento, que tire la caja de mi padre. Entonces encontré algo extraño dentro. Había unos diarios, y unas cartas, fotos y de todo. Por alguna razón, empecé a llorar, no veía nada. Me quedé abrazada a mi misma, y un ataque de pánico empezó a surgir. No veía nada, a los diez minutos conseguí calmarme, cogí el diario, y empecé a leerlo por la primera página, algunas páginas eran interesantes, otras no, y alguien tocó la puerta. Mi hermano se acercó a mí, vio lo que tenía en las manos, y lo empezó a coger.

—Espera...

—Eli, si estas llorando por esto, será que es importante.

—Se ha caído la caja, la de papá, y tenía esto dentro. —y seguidamente volví a llorar.

Empezamos a leer el diario juntos. Me abrazó, cuando vio que ya no podía más. Me cogió, y me dijo que bajaramos abajo a hablar con nuestra madre. Me ayudó a bajar porque casi ni me veía, y yo me quede sentada en el sofá. Mientras, Mike, seguía leyendo en voz baja, aunque a él no se le saltaban las lágrimas, entonces seguí mirando la caja, dentro había unas fotos, y las empecé a mirar, entradas al teatro que habíamos ido juntos, de conciertos, y de otros recuerdos que teníamos toda la familia junta. Me quedé sentada en el sofá, y volví a llorar sin descontrol.

INCANDESCENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora